“¡Déjame en paz!
Que no me quiero salvar
Y que me dejes mejor
quemar
¡Déjame en paz!
En el infierno no estoy tan
Mal.
VICTOR MANUEL, canción.
Es el
estribillo de una canción. Se refería,
de manera crítica, a la moral católica, o tal vez nacionalcatólica, en el
contexto inmediatamente posterior al llamado tardofranquismo. Añadía: “Siempre aparece un redentor para
vendernos el favor; dice tener la solución para sacarnos del error”. Parece todo lejano, pero tienen, estos
ripios cantados, mucha aplicación actual.
La nueva religión laica (salud, ambientalismo, género y demás) hace
proliferar redentores, gentes que creen saber dónde anida la Verdad para
sacarnos del error. Tal vez, agotados ya
de argumentar contra sus diatribas e imposiciones, podríamos cantar lo de “déjame
en paz”. Pero no nos van a dejar. Es su naturaleza. La Historia nos lo enseña.
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