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28 diciembre 2019

FELICIDAD.


La idea, en boga desde la Ilustración,  de que estamos concebidos para ser felices, parece una noción como mínimo inocua y, si nos ponemos, verdadera.  Esa concepción fue tachada de lamentable por Alexander Solzhenitsyn; se derrumba, según afirmó él, con el “primer golpe de barrote del carcelero”. Entendía de eso el ruso, que sufrió el Gulag y lo contó, con gran desazón de los, por entonces, palmeros intelectuales de Occidente, adictos a la tiranía comunista soviética.  Comparto la visión del exconvicto.  Voy comprendiendo que resulta peligroso pensar en la felicidad como objetivo individual, y colectivo, de nuestra existencia.  Siempre los refractarios a la libertad vivirán atentos a diseñar nuestro bienestar, físico y mental, sin contar con nosotros, a nuestro pesar incluso, y con el beneplácito del agitprop imaginariamente progresista.

23 diciembre 2019

DEIDADES


Pregonaba Nietzsche la muerte de Dios, tal vez queriendo referirse, más bien, a la moral cristiana.  Y se inquietaba, en algún escrito, por los credos que habrían de suplir a la fe originaria. En relación con ello, sentenció Chesterton aquello de que, cuando se deja de creer en Dios, se cree en cualquier cosa. Ninguno de los dos iba descaminado, ataviado de Filosofía uno, henchido de cinismo lúcido y humorístico el otro.  No tardó mucho en revelarse lo pertinente de esas cuitas:  los años treinta lo atestiguan.  En el presente, corren asimismo vientos de relativismo religioso (en nuestro ámbito), pero de progresivo absolutismo político, con una nueva moral en ciernes, alumbrada en nuevos ámbitos como el género o el medio ambiente.  Puede que Dios hay muerto, pero otras deidades lo suplen. Malicio que no van a ser menos severas ni menos nocivas para el albedrío de cada cual.

19 diciembre 2019

ANTICAPITALISMO A GRANEL.


Aunque los panglosianos, y asimilados, existen, se me antojan mayoría quienes perciben que todo va peor y que cualquier tiempo pasado o futuro resulta preferible al de hoy.  En este presente caracterizado, en el mundo desarrollado y capitalista, por la alta esperanza de vida (con el consiguiente envejecimiento de la población) y por condiciones de vida mejores que en cualquier otra época, incluidos en este caso los lugares del mundo con peores circunstancias, imagino a hombres y mujeres paleolíticos, amparados de la glaciación en una cueva, en un entorno de peligros y depredadores, de muerte temprana, soñando los escenarios de vida del presente.  Pero las religiones, las de siempre o las laicas de hoy (como la medioambiental) necesitan incidir en los peligros del pecado y situar el paraíso en otra esquina, celeste o futura, para justificar su acción predicadora y liberticida.  El asunto va, en realidad, de anticapitalismo, en una búsqueda frenética de nuevas alternativas tras la caída del Muro.  He leído, en algún sitio, que nuestro nivel de vida es consecuencia de las “políticas progresistas” y no del “capitalismo”.  Pero resulta que esas políticas progresistas, incluida la socialdemocracia, forman parte del capitalismo, y sólo en su seno pueden subsistir; al otro lado del Muro, no existían tales políticas, sólo opresión y miseria, pues fue construido para que no escaparan sus moradores del supuesto paraíso que los albergaba.

13 diciembre 2019

YA NO.


“Los fanatismos que más debemos temer son aquellos que pueden confundirse con la tolerancia”
FERNANDO ARRABAL.
Nunca hubo en el autor de esta frase, con su acracia afable y sagaz, ninguna vacilación acerca de dónde topar a los enemigos de la Libertad.   Es cierto que hubo en tiempo en el que el delirio sectario podía ocultarse tras el ropaje de la tolerancia.  Pero ese tiempo ya ha pasado.  Hoy, los liberticidas sólo pueden engañarnos si apetecemos ser burlados.  En el presente, no es forzoso rascar mucho para que asome el ogro bajo el semblante de una aparente belleza. Ya no podemos confundir el fanatismo con la tolerancia, salvo que estemos de su lado y no queramos admitirlo.

08 diciembre 2019

RELIGIÓN LAICA.


Pluralismo significa asumir que vivimos en sociedades donde coexisten distintas concepciones sobre lo que es bueno y lo que es malo”
Salvador Paniker.
La frase parece tautológica, pero, vista la situación presente, no es tan obvio lo que dictamina.  Tal vez tengamos que volver a Glucksmann, ya aludido aquí en distintas ocasiones en relación con esta misma idea, para quien la Europa de posguerra, y la de después, prosperó y vivió en concordia por el acuerdo de todos acerca de dónde estaba el Mal; añadía el francés que el problema surgiría cuando algunos creyeran saber dónde está el Bien.  Pues he ahí.  Creo que ya ha sucedido.  Nos están obligando a ese Bien sin contar con nosotros.  Y nos lo vamos tragando.  La religión laica, como las otras, ignora lo de las distintas concepciones y dictamina la primacía de una sola, sin que seamos capaces de oponernos.  El Poder espiritual, con otros nombres y ambages, amparado ahora en el universo de lo inapelable, se va imponiendo como siempre.

03 diciembre 2019

MENTIRA.


“La mentira política tradicional, tan saliente en la historia de la diplomacia y de la habilidad política, generalmente se refería a secretos [...] Las mentiras políticas modernas tratan eficazmente de cosas que de ningún modo son secretas, sino conocidas prácticamente por todo el mundo. Esto es evidente en el caso de la reescritura de la historia contemporánea a la vista de aquellos que han sido sus testigos, pero es igualmente cierto en la fabricación de imágenes de todo tipo […] pues se supone que una imagen, a diferencia de un retrato a la moda antigua, no embellece la realidad sino que ofrece de ella un sustituto completo. Y ese sustituto, en virtud de las técnicas modernas y de los medios masivos de comunicación, es, por supuesto, mucho más patente de lo que fue jamás el original.»
Jacques Derrida (1995)
Durante una conferencia dictada en Buenos Aires, nos dejó Derrida, el filósofo de la “deconstrucción”, este parágrafo, concebido antes de que se hubiese acuñado el concepto de posverdad. Lo de la reescritura es absolutamente premonitorio.  Igual no agrada en el biotipo progre/izquierdista, pero comunica lo que estaba por venir y ya ha venido.  La realidad ya ha sido reemplazada de una manera que Derrida tal vez ni sospechó; ni siquiera Braudillard, con su simulacro, parece referirse a algo tan elaborado como el piélago de mendacidad que nos anega.  Cada vez de forma más burda, la realidad se encubre y se modifica en ese nuevo cosmos virtual que nos anega.  En esto estamos y ya no sé si tiene remedio.