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28 enero 2023

INDOLENCIA.

 

Resulta extraña la indolencia de la gran mayoría, sobre todo de la porción culturizada ( o menos asnada) ante las tropelías del poder. Ya sé que es posible que vivamos tiempos de oclocracia, esa declinación de la democracia, según Aristóteles. Aun así me resisto a la impunidad de los liberticidas, tal vez porque pienso,  ingenuo de mí, que estos días debieran ser  mejores que otros precedentes, y que a esta versión de los malos, la de hoy,  les sería arduo alcanzar sus objetivos. Pero no. Al final, ellos se imponen una y otra vez, en ese repetición cíclica, o eterno retorno, de los mitos de siempre. Lo del logos fue, estoy cada vez más convencido, una simple cuestión ornamental en la que creyeron entonces, y después, durante los siglos que siguieron, y hasta hoy, los ilusos postulantes de una realidad unívoca. Pero, claro, con Einstein nació el espaciotiempo y no hemos acabado de interiorizarlo. Ese déficit de asimilación, lo aprovechan ellos, los eternos opresores, para colarnos una vez más, el avatar que ahora toca. Y ni nos enteramos.

21 enero 2023

PROHIBICIONES DE AYER Y DE HOY.

 

El mayo francés, el del 68, acuñó el “prohibido prohibir”, anacoluto formal, y forzado, para enunciar la oposición a la autoridad.  Si bien no todo fue positivo en aquel movimiento, reconozcamos como saludable la impugnación de la prohibición que forma parte del famoso lema.  Pero, con el tiempo, los hijos del 68, que están sobre todo en la Izquierda, en lo woke y, en general, entre los partidarios (sean o no conscientes de ello) de la Agenda 2030, han vuelto al gusto por la  interdicción como método didáctico muy necesario a sus grandes fines.  La vieja autoridad fue arrojada por la ventana, pero una nueva autoridad ha regresado por a puerta principal y nos impone unas cosas y otras, nos sermonea o nos prohíbe en función de cada caso, y, partiendo de lo políticamente correcto, se ha ido implantado en nuestras vidas.  Y, al parecer, para quedarse, con fruición de los liberticidas, que son más de los que parecen, como lo han sido siempre, y están al acecho de cercenar en lo posible el árbol de la libertad individual, la única posible y genuina, pues cualquier otra, aunque lleve el nombre, será otra cosa no solo diferente sino opuesta.  A prohibir, que se ha abierto la veda.

14 enero 2023

MIEDO.

 

Tal vez fuese necesaria una Historia del miedo, unificando perspectivas etológicas e historiográficas, pero también éticas, estéticas y, como no, distinguiendo la perspectiva emic de la perspectiva etic, tal y como Marvin Harris adaptó los conceptos de  Kenneth Pike. Sería un trabajo arduo pero no exento de profundidad filosófica.  El miedo, ubicado en el viejo cerebro reptiloide, puede suplir, como motor de la historia, a la lucha de clases ya tan manida y disparatada, amén de fuente de pesadillas totalitarias. Está el miedo ancestral, el miedo de primate descendido de los árboles, el pavor frente a los depredadores acechantes en la sabana.    Está el miedo a los otros, al más fuerte y cruel, a la guerra, a no ser querido, a no cumplir con las expectativas, a no ser amado o deseado. Es el miedo lo que nos mueve, más que el deseo; eros y tánatos son solo partes del temor que nos impulsa.  Y desde siempre, entre nosotros, nos hemos manipulado, unos a otros, a través del miedo.  .  El Poder nos controla, y nos ha controlado en el pasado, con el miedo a la muerte, el miedo a la cárcel, el miedo al infierno, a la herejía, a la condenación eterna o a la condenación en esta vida.  Asistimos hoy, más que nunca, a una mastodóntica escenificación del miedo. No voy a concretar; basta con ver y oír, con leer y oler…..Que cada cual extraiga sus consecuencias...

07 enero 2023

MINORÍAS.

 

Afirmó Ayn Rand:  la minoría más pequeña del mundo es el individuo. Aquellos que niegan los derechos individuales no pueden pretender además ser defensores de las minorías”.  Quiero recordar que expresaba estos pensamientos en la década de los cincuenta del siglo XX, y era mujer, aunque no del gusto de los partidarios actuales del empoderamiento femenino, de quienes sospecho que lo que menos les importa son las mujeres, salvo como pretexto para sus delirios, que ya no lo son tanto ( van ganando por goleada), proclives al colectivismo. Pues sí.  No hay nada más allá de la libertad individual, sin la cual la libertad simplemente desaparece. Ya sé que los liberticidas van inventando conceptos, como los derechos de tercera generación, pero se pongan como se pongan, lo que se suele denominar un colectivo, el que sea, no tiene derechos ni libertades que vayan más allá de los derechos y libertades de sus integrantes: el conjunto es la suma de sus elementos y no hay, en este caso, un todo aristotélico que sea más que la suma de las partes.  Pero claro, nadie se acuerda de la autora de la frase, que era mujer ( miembro del género humano, y mamífero, como todos nosotros), pero liberal, y eso no gusta a los partidarios del gulag psicológico, hoy en proceso triunfal a lomos de la Agenda 2030.