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28 mayo 2020
¿ ARGUMENTOS?
"Para quien
quiera creer, tengo mil razones; para quién no quiera creer, no tengo ninguna". San Agustín
He ahí, en la frase, la dificultad de la
argumentación. Si nuestro objetivo es
convencer, va a ser difícil en estos tiempos de posverdad, es decir, de
mendacidad y propaganda. La sentencia es
aplicable a todos, pero, especialmente, a ese mundo de la Izquierda y de lo
políticamente correcto, que establece verdades reveladas y niega, cada vez más,
la elucubración y el pensamiento si sus conclusiones se alejan del modelo
preestablecido. La Ciencia y el Progreso
entraron, poco a poco, desde el siglo XVIII, por la puerta, pero la Religión
está volviendo a ingresar por la ventana.
24 mayo 2020
EMOCIÓN FRENTE A DATOS.
Retomo un asunto ya
tratado en otras entradas. ¿A alguien le
importan los datos como punto de partida de la opinión? Cada vez menos, o eso parece. Nos gobernamos por la emoción, por una suerte
de verdad revelada, o “epojé de las entrañas”, y, a partir de ahí, comparece
todo lo demás. En las redes sociales (la
plaza del pueblo multiplicada a infinito) se crucifica o se lincha al que
discrepa del mensaje dominante, sin que los datos sean cruciales. Una suerte de método deductivo sensitivo se
opone a cualquier inducción que contradiga el pensamiento único. Y, como bola
de nieve cuesta abajo, esa predisposición progresa y nos anega. La
Inteligencia, impotente frente a ese tsunami, se arruga y “acepta pulpo como
animal de compañía”
20 mayo 2020
SOBRE EL CONFINAMIENTO.
El confinamiento no es
otra cosa que el gran objetivo de los totalitarios en todo tiempo y lugar. Se trata de encerrar a los individuos de
manera metafórica (en los límites de una ortodoxia impuesta por miedo o
adoctrinamiento) y, en ocasiones, de manera real a través del entramado
carcelario que, en estos sistemas, trasciende las paredes de la mera prisión y
se extiende a todo el espacio; no olvidemos el muro de Berlín. Aun así, conocidas por muchos sus
pretensiones, los liberticidas cuentan con adeptos. Desconozco por qué. En estos días han visto la ocasión y toman
partido por lo que más les conviene.
Atentos, pues
15 mayo 2020
OBEDIENCIA.
Me da aprensión la
obediencia. No me refiero al acatamiento
individual de normas y legislaciones, en cada contexto psicosocial dado, sino a
esa sumisión colectiva, o silencio de los corderos, que reaparece, de vez en
cuando, en su forma más cruenta. En
aquella Alemania, la ejecución de la “solución final” fue posible por la
subordinación jerárquica; lo refleja muy bien Arendt en su “Eichmann en
Jerusalén”. Tampoco es baladí el procedimiento del vecino como delator o
verdugo. Y otras múltiples opciones a
disposición de los déspotas de cualquier tiempo. Se aprecian en los relatos que se pueden
reconstruir, verbigracia, a partir de los procesos inquisitoriales, como base
de todas las represiones y acosos posteriores.
El mecanismo ha tenido muchas vidas, reencarnándose en chekas, juicios
sumarísimos y todas las barbaridades que,en nuestro orbe, han sido; casi siempre respaldadas por esa buena gente
que por omisión, pero también a veces por acción, se convierte en infierno para
el discordante. Que no vuelva a ocurrir,
aprovechando el anómalo contexto que nos ha tocado, es lo que uno espera. Pero claro que da miedo a la vista de quienes
nos lideran.
11 mayo 2020
AMANTES DE LA TIRANÍA.
“Los seres humanos nunca piensan por su cuenta, les resulta
incómodo. En general, los miembros de nuestra especie se limitan a repetir lo
que oyen y se desconciertan ante cualquier punto de vista.“ Michael
Crichton, El Mundo perdido.
Novelista, médico y cineasta, fue Crichton un personaje
peculiar y poco dado a los ritos del pensamiento único y de lo políticamente
correcto. No voy aquí a extenderme en asuntos
relacionados con su vida e índole, sino que prefiero centrarme en el párrafo
que encabeza esta entrada. En el mismo,
parece su autor delimitar esa fracción, mayoritaria en cualquier población, a la
que se suele denominar masa, de
la cual se excluye él mismo si tenemos en cuenta la enunciación en tercera
persona. Esa ausencia de opinión propia
convierte a la mayoría silenciosa en objetivo no sólo de publicistas o
analistas del Big Data, sino también, y eso es lo que espeluzna, de los aspirantes a autócratas,
que lo hay y están siempre al acecho. La
imagen del populacho excluyendo al discrepante es siempre el
comienzo del Estado que oprime y cercena libertades. Hay quien ambiciona ese Estado. En estos días de confinamiento , esa opción
va apareciendo como algo posible, sobre todo en aquellos países que, como el
nuestro, tienen en el gobierno amantes de la tiranía.
07 mayo 2020
PELIGROS DE HOY.
“Podríamos caer en la
tentación de pensar que nuestro legado democrático nos protege automáticamente
de tales amenazas. Se trata de un reflejo equivocado. Nuestra tradición nos
exige que examinemos la historia para comprender las fuentes de la tiranía y que
reflexionemos sobre la respuesta adecuada que hay que darle. No somos más
sabios que los europeos que vieron como las democracias dieron paso al
fascismo, nazismo y al comunismo durante el siglo veinte. Nuestra única ventaja
es que nosotros podríamos aprender de su experiencia”
Timothy Snyder : Sobre la
Tiranía.
La
cita es, ciertamente, de Snyder, historiador americano que publicó, en 2017,
este libro, coincidiendo con la llegada de Trump a la presidencia de USA, si
bien sus asertos pueden aplicarse, en general, al riesgo que corren nuestros
sistemas de libertades y pluralismo, pues apunta, como se lee más arriba, hacia
el riesgo del totalitarismo, partiendo de la experiencia de los años treinta
del siglo XX, como especialista que es en Historia de Europa Central y
Oriental. Algunos de los peligros a la que se refiere son el dejar de creer en
las instituciones, o admitir la relativización de la verdad, instituyendo una
verdad política al margen del sentido común; también aconseja no profesar más
obediencia de la necesaria, al menos si queremos conservar, siguiendo a Hanna
Arendt, el derecho a actuar en pluralidad y emitir juicios. Recomiendo, pues, la lectura de Snyder en
estos tiempos de reclusión y pandemia.
Pero, sobre todo, no estaría de más que estudiásemos, con la mente bien
engrasada, los escritos de Arendt.
02 mayo 2020
AQUILES.
Todo existe en los clásicos. En estos días de medidas profilácticas, investigo
dónde se ubica el justo medio, esa virtud aristotélica, entre la seguridad
razonable y la monomanía, y apelo a Aquiles.
Todo arranca del repaso de informaciones y aserciones varias, alojadas
en la prensa y en las redes sociales, y alusivas a consejos sobre rutinas a
ejercer, con el designio de evadir el contagio, cuando se retorna a casa:
zapatos fuera, ropa lavada a temperatura, limpieza de cada objeto…Aquiles buscó
la invulnerabilidad, como Sigfrido, pero la maldita hoja pegada a su talón le dejó
un intersticio de indefensión; y por ahí murió el héroe de la guerra de
Troya. La flecha emponzoñada, el virus
en este caso, puede estar en cualquier resquicio, aun acatando las rutinas
referidas…Siempre se nos puede olvidar, en su ejecución mecánica, algún nimio pormenor. La seguridad absoluta no existe. Deberíamos estar al corriente. Y, en el fondo, lo estamos.
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