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24 abril 2019

IGNORANCIA Y SUPERSTICIÓN DE NUEVO.


En alguna otra ocasión, ya hace tiempo, escribí, aquí mismo, sobre el retorno de la ignorancia y la superstición. Lo ilustrados dieciochescos las denunciaron con ahínco en pos del triunfo de la Razón, cuyas luces debían anegar la oscuridad que ellas suponían.  Pero la Fe vuelve, a través del predominio de lo emocional y, a la postre, de lo irracional. En estos tiempos tecnológicos,  y, verbigracia, en las redes sociales, vuelven los mantras de lo irracional, una vez devenidas las ideologías en verdad revelada para las mentes indoctas, más numerosas cada vez, más incapaces de juicio sereno y distante, más peligrosas para el hereje o el disidente.  De este modo, mutatis mutandis, la situación se asemeja  a la de hace trescientos años: no parece que ignorancia y superstición estuvieran rendidas; como en el caso de algunos virus erradicados por las vacunas, subsistían cepas de ellas en algunos recovecos, y ahora se expanden, de nuevo,  por los canales del desconocimiento, de la pereza intelectual y del temor a ser libres. 

18 abril 2019

ELECCIONES.


En las elecciones el pueblo tiene la ilusión de ejercer el poder, pero no es así, claro, no hay voluntad general, ésa es una idea metafísica.“   GUSTAVO BUENO.

Así es.  La voluntad general, concepto proveniente de  Rousseau, no existe, salvo como quimera metafísica o mística.  La sociedad, a la postre, se divide en unas mónadas, los individuos, cada una de las cuales persigue sus propios objetivos.  En las elecciones no es el pueblo quien se expresa, pues no sabemos que puede ser eso que así nombramos; el resultado de las mismas  no es sino la suma de los votos de cada uno de ciudadanos individuales que hayan ejercido su derecho de sufragio. De este modo,  mayoría no es sinónimo de voluntad general, y no puede afirmarse aquello de que los votantes quisieron pactos cuando la mayoría es exigua,  pues lo que deseaba cada uno era la victoria aplastante de la opción por él elegida.  Lo traigo a colación en vísperas de procesos electorales varios para evitar el manejo de conceptos oscuros, antesala de peligrosas tentaciones políticas.

10 abril 2019


"Una nación se hace lo mismo que cualquier otra cosa. Es cuestión de quince años y de un millón de pesetas. Con un millón de pesetas yo me comprometo a hacer rápidamente una nación en el mismo Getafe, a dos pasos de Madrid. Me voy allí y observo si hay más hombres rubios que hombres morenos o si hay más hombres morenos que hombres rubios, y si en la mayoría, rubia o morena, predominan los braquicéfalos sobre los dolicocéfalos, o al contrario. Es indudable que algún tipo antropológico tendrá preponderancia en Getafe, y este tipo sería el fundamento de la futura nacionalidad. Luego recojo los modismos locales y constituyo un idioma. Al cabo de unos cuantos años, yo habría terminado mi tarea y me habría ganado una fortuna. Y si alguien osaba decirme entonces que Getafe no era una nación, yo le preguntaría qué es lo que él entendía por tal y, como no podría definirme el concepto de nación, le habría reducido al silencio. "     
 Julio Camba. Maneras de ser español. 1918

Es posible que lo más sugerente resida en el  carácter oracular del párrafo.  Si repasamos   nuestro llamado "estado de las autonomías", e  indagamos de manera somera  el devenir del mismo desde 1978, nos maravillaremos con lo que firmaba Camba en tan precoz fecha.  Lo que insinúa parece explicar hechos y contextos  no sólo de España, sino asimismo de Europa, y tal vez del orbe  en general.   En relación con ello, rememora uno lecturas varias; surgen, de entre ellas, apreciaciones contenidas en las mismas,  como  el  "simulacro" de Baudrillard o la mentira que mueve el mundo,  de Revel.  Se trata de la construcción de una realidad virtual y mediática, ajena al  cosmos objetivo y dado,  pero proclamada realidad única a fuer de repetición.  Y, así, no es inverosímil  que lo usual acabe siendo la deglución de  ruedas de molino, en la convicción de  que son redondas y mínimas porciones de pan ácimo; se trataría de un  quijotismo al revés, percibiendo molinos de viento allí donde hay, claramente, gigantes.  E iremos a más.

04 abril 2019

MEMORIA.


La Memoria individual emana de la voluntad, pero asimismo de las emociones y del inconsciente. No somos un mecanismo copiador que fija los hechos para archivarlos, tal cual, en alguna porción de su extensión física. “Lo vi con mis propios ojos” no es sentencia tranquilizadora respecto a la exactitud de relato alguno; alguien llegó a afirmar: “de lo que oigas, la mitad y de lo que veas, la mitad de la mitad”. No ignoro, al escribir esto, que vivimos tiempos en los que la imagen conduce y crea la realidad. Pero he de advertir de que nada hay más maleable que lo icónico, pues lo de la imagen que vale por mil palabras, además de trillado, es falsedad notoria que solemos admitir sin pestañear. La única reconstrucción racional, y aceptable, del presente o del pasado es la del intelecto aplicando los cánones y protocolos de la Ciencia; el resto es literatura, ideología, impulso sectario o mera aceptación acrítica de la verdad revelada. Si nos platican de Memoria, acompañando el término con el adjetivo que sea, hemos de ponernos en guardia. De lo contrario, la pulsión totalitaria emergente se extenderá como el agua, invadiendo todo recoveco.