Parece claro que, en un examen profundo de la cuestión, el
libre albedrío no existe. Esa vieja
cuestión escolástica, que condujo a argumentos como el de asno de Buridan para
negar el azar, está siempre presente. Pero, más allá de todo ello, y dejando de
lado asuntos como la caída y la predestinación, tan caras a Lutero y otros, es
evidente que la libertad humana es siempre una discusión esencial, sea cual sea
el momento histórico. Aunque el libre
albedrío no exista como entidad absoluta, debemos obrar como si existiese y
fuese el leitmotiv de nuestras vidas y de nuestras sociedades. Sin libertad, somos poca cosa. Por eso, quienes no creen en el libre
albedrío son poco adeptos de la libertad e intentan sumergirnos en el colectivo
de la raza, de la nación o del género para así convertirnos en la nada que
forma parte de un todo que, aunque tal vez inexistente, sirve de dispositivo y
retórica para sus conjuras liberticidas.
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24 marzo 2018
17 marzo 2018
RE-EDUCACIÓN Y TOTALITARISMO.
Parece que las penas carcelarias deben servir para cualquier
cosa que no sea castigar al delincuente.
La realidad es que la cárcel es, ante todo, castigo y apartamiento de la
sociedad de aquellos que vulneran las leyes vigentes. Oficialmente se habla de "reeducación e
inserción social". Suena a totalitarismo. Sólo los sistemas totalitarios no admiten la
existencia del delito como algo personal; de ahí el eufemismo de la reeducación, que se lleva a
cabo en campos de trabajo, de concentración o en severas cárceles, a las que se
llega además sin garantías procesales.
Negar la responsabilidad individual del delincuente (reduciéndola a la
sociedad, a los genes, a la raza o al género) es negar su libertad. Sería un buen argumento para iniciar una
reflexión sin apriorismos ideológicos o dogmáticos. ¿Estarían dispuestos a ellos los adalides del
buenismo y de lo políticamente correcto?.
11 marzo 2018
MIEDO.
La fuerza que posee la propaganda
totalitaria -antes de que los movimientos tengan el poder de dejar caer telones
de acero para impedir que nadie pueda perturbar con la más nimia realidad la
terrible tranquilidad de un mundo totalmente imaginario- descansa en su
capacidad de aislar a las masas del mundo real.
Hanna Arendt.
Cada vez es más fácil
el aislamiento de las masas; en relación con el mundo del siglo XX que conoció
Arendt, el hogaño goza de posibilidades infinitas. Qué no hubiera hecho Goebbels con las redes
sociales......En el presente, la capacidad para retirar a la gente del universo
real se llama posverdad. Y vive en
crecimiento exponencial. Cada día parece
importar menos el orbe objetivo, si es que existe, y va primando la
reconstrucción de los hechos, de los sentimientos o de las ideas a posteriori. Da miedo.
Que cada cual lo piense; y el que
quiera entender, que entienda.
04 marzo 2018
CORPORATIVISMO
El corporativismo se refiere, según el diccionario, no
sólo a la doctrina política y social que propugna la intervención del Estado en
la solución de los conflictos de orden laboral, mediante la creación de
corporaciones profesionales que agrupen a trabajadores y empresarios ,
sino también, en una segunda acepción, a
la actitud de defensa a
ultranza de la solidaridad interna y los intereses de sus miembros,
en un grupo determinado, de carácter social o profesional. Asimismo, fue el corporativismo la propuesta
social de los sistemas autoritarios, dictatoriales y fascistas del llamado
período de entreguerras; frente a la lucha de clases del marxismo, impulsaron la colaboración, obligatoria en la mayoría de los
casos, entre las clases. Pero, en los tiempos actuales, el corporativismo se
extiende como una visión más propia de esa izquierda indefinida que, por una
parte, parece partidaria de la igualdad social, pero defendiendo los
privilegios de determinados grupos no sólo de carácter sindical/social, sino
también nacional, cultural o de género; subyace, en todo ello, el rechazo a la
lucha por la vida en el seno del mercado, como antes a la lucha de clases, buscando el
refugio en el confortable nicho de los privilegios grupales
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