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25 febrero 2022
19 febrero 2022
ECO Y EL MUNDO OBJETIVO.
Siempre admiré a Umberto Eco; algunos de sus escritos forman parte de mis papeles
de cabecera. Lo que no quiere decir que
asuma acríticamente cualquier aserción suya.
Por ejemplo, en una de sus frases afirmaba que “he llegado a creer
que el mundo entero es un enigma, un enigma inofensivo que se vuelve terrible
por nuestro loco intento de interpretarlo como si tuviera una verdad
subyacente”. Comparto que el mundo
es una incógnita y muchas interpretaciones del mismo se convierten en un
peligro para nuestra libertad, pero no creo del todo en la inexistencia de una
verdad objetiva. Ya sé que el paradigma
posmoderno trocó la veracidad por discursos sobre la misma. Pero si aceptamos el mundo objetivo, que en
ello se ha basado lo que denominamos Ciencia, hemos de aceptar que existe una
realidad de las cosas; podremos vislumbrarla o no, acercarnos más o menos a su
contexto, pero tiene que existir, salvo que nos hundamos en el solipsismo o en
un puro relativismo , lo que supone
dejar el conocimiento al albur de lo subjetivo.
Hemos de decidir si pensamos un orbe inteligible o si, por el contrario,
consentimos, en nuestras reflexiones, rumiar acerca de un laberinto de
imposiciones fundamentadas en eso que se ha dado en llamar posverdad. Por lo demás, siempre Eco en mis lecturas.
12 febrero 2022
CLÉRIGOS, GUERREROS Y COMERCIANTES.
Debemos solventar el dilema de si optamos, para el futuro más o menos inmediato, por una sociedad de soldados, clérigos y predicadores, o más bien por una de comerciantes y hombres libres. Como guía, o hilo de Ariadna, se puede decir que los clérigos y predicadores también pueden ser laicos. Yo me inclino por los comerciantes que, desde siempre, han sido el origen de toda sociedad abierta y libre. Así fue en la Gracia antigua, en Roma y, asimismo, en la Edad Media europea. No obstante, como el diablo va cambiando de ropajes, hay un método infalible para orientarse; consiste en desconfiar de aquellos que dicen saber lo que es bueno para el resto. Siempre los nobles guerreros, con el amparo de la clerecía, han sido señores de juez y horca, hasta que crecía el comercio y, con el mismo, la prosperidad y un atisbo de liberación. El asunto de quiénes sean, en nuestro presente, los clérigos y los guerreros, no es tan difícil de esclarecer. A la vista de todos está, pues la opresión sólo tiene un camino y la libertad siempre ofrece opciones.
05 febrero 2022
MEMORIA.
La única memoria histórica es la de la historiografía, lo más alejada posible de subjetivismos y emociones. La investigación histórica debe contribuir al escepticismo y a una concepción pluralista en las interpretaciones. Si se orienta hacia el monismo, fuente de toda concepción sectaria, pierde sentido. Afirmó Polibio aquello de que “la humanidad no posee regla mejor de conducta que el conocimiento del pasado”, y ahí reside la clave. En relación con ello, la diferencia entre conocimiento y revelación se torna básica. Si contemplamos los hechos pretéritos sin anacronismos, y de eso se trata, el objetivo debe ser la reflexión que nos haga huir de quienes desean imponer una verdad parcial, utilizando el pasado para controlar el presente. Se supone que la práctica científica, al menos la que hemos conocido hasta ahora, es lo contrario de la metafísica. Pero la última parece aflorar de nuevo en ciertos propósitos de la memoria adjetivada, ahora muy en boga, que fue primero histórica y, ahora, parece que democrática. Igual la ciencia está dejando de ser la misma, pues incluso las denominadas ciencias naturales parecen tender al consenso de lo conveniente alejándose de los puros datos, como si ya no fuera posible lo de antaño. Si ocurre en las ciencias duras, ¿qué podemos esperar de las otras, a las que Stanislav Andreski tildó de forma de brujería, allá por los años setenta del pasado siglo? Entre otras cosas, la desaparición de la historiografía, sino como disciplina, sí, al menos, como ciencia seria y respetable
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