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28 marzo 2019

MENSAJES.


"El mensaje es que la verdad no importa".

Dictamen breve y lapidario.  Reproduzco  el titular de una entrevista en un periódico cualquiera, en relación con un asunto  que estuvo candente y reaparece en ocasiones.  La sentencia es de uno de sus protagonistas.  No importa quién ni qué, en este caso, sino lo que hay detrás.  Vivimos tiempos en los que el populismo y la demagogia, ejercidos por los medios de comunicación como reflejo del Poder que los sustenta, dan lugar a que sea ese el mensaje, o currículo oculto, que se remite a todos los destinatarios.  Ya lo dijimos aquí en otras ocasiones: no importan los datos, ni las circunstancias, ni siquiera la realidad; sólo la verdad revelada a través de los nuevos capiteles, tímpanos o arquivoltas, que adquieren ahora la forma de medios de comunicación o redes sociales, para transmitir la buena nueva a una población no sé si ágrafa en el sentido literal del término, pera tal vez sí en un sentido profundo.  Vuelvo a afirmarlo, a riesgo de parecer reiterativo: es miedo, casi pavor, lo que genera todo ello en cualquiera que conciba un examen mínimamente riguroso de dicho escenario comunicativo

22 marzo 2019

DOS FRASES


 "Aquellos que nos prometieron el paraíso no trajeron otra cosa que el infierno" (frase atribuida a Karl Popper)
"Quizá la más grande lección de la historia es que nadie aprendió las lecciones de la historia". (Aldous Huxley).

De la mixtura de ambas sentencias emergen, o pueden emerger, cuantiosas reflexiones.  Recordando aquello de Polibio acerca del conocimiento del pasado como la mejor regla de conducta para los humanos, y si optamos por situarnos en el ahora, advertimos que lo que se afirma en la segunda de las frases explica que no recordemos lo suficiente para entender lo formulado en la  primera.  Vivimos tiempos de mudanza y no sé si para una casa mejor.  No parece que la libertad avance, sino más bien lo contrario, y es preciso que nos centremos en meditaciones sobre el pasado para entender el presente y saber donde radica el MAL. Es ello ineludible para no pretender saber dónde está el BIEN, pues ello es la puerta del sectarismo y de cosas mucho peores.  Que cada cual lo interprete a su manera.

15 marzo 2019

VERDAD REVELADA.


Durante siglos, la verdad relevada fue el punto de partida para toda reflexión. Pensemos en  la Teología medieval.  La ciencia actual, tan adelantada y con tantas implicaciones filosóficas, parece retornar a esa verdad revelada; la nueva religión, de la cual lo políticamente correcto es sólo la punta del iceberg, va asignando axiomas, credos y puntos de partida: no son ya  la Trinidad, le encarnación o las edades del hombre que catalogara Joaquín  de Fiore, pero se van convirtiendo en punto de partida de todos los discursos, incluso de los que parecen amparar el sentido crítico a partir del pensamiento científico.  La verdad revelada se vuelve cada vez más burda y, por ello, cada vez necesitan los que se dedican a la ciencia, y los que no también, mayores tragaderas, para partir de de esos dogmas irrefutables.  Se reviste ello, en general, de lo que se denomina consenso científico.  Hilarante pero aterrador.

07 marzo 2019

GÉNERO.


Empieza a espantar el asunto del denominado "género".  No por la cosa en sí, pues a nadie con un mínimo sentido común le puede parecer mal la reivindicación de la igualdad de sexos; se trata, más bien, del empeño que todas las esferas y centros de poder ponen para irradiar la cuestión y difundirla en todos los sentidos y con todos los recursos a su alcance, hasta el punto de que no parece que se trate de nivelar los derechos de hombres y mujeres, sino que ello sirve de pretexto para otros objetivos que tal vez ni imaginamos. Lo que sí asoma es el determinismo subyacente, el planteamiento del género como algo independiente de nuestra voluntad, que nos trasciende y forja nuestra psicología,  nuestra actitud e incluso nuestra índole moral.  Así ocurrió con la Raza en otro tiempo, cuando se medían cráneos y, al socaire de la Antropología entonces naciente ( tanto la Física, como la Cultural), se trocaba en lógica inapelable la dependencia del individuos, en cuanto a rasgos psíquicos y demás, de su raza.  Como la cosa acabo mal, y el concepto de raza quedó desprestigiado, se volvió más tarde a la carga con la noción de Cultura.  Y, ahora, el Género como idiosincrasia biológica y mental que nos condiciona de manera casi absoluta.  Y se desparrama ello desde el Poder, en una extraña revolución desde arriba ( ¿alguien recuerda aquello del paternalismo patronal?) , que genera pavor en cualquiera con un mínimo sentido crítico.    Nunca las cosas son lo que parecen y menos en estos tiempos de barullo conceptual y mudanza gnoseológica.