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12 mayo 2008

CULTURAS Y CIVILIZACIÓN

La idea de que todas las culturas tienen el mismo valor no está mal como planteamiento genérico. El inconveniente es que son disímiles e, incluso, pueden contener elementos antagónicos. ¿Es posible hallar un espacio objetivo, y edénico, que permita, verbigracia, la conciliación del respeto a la vida con la pena de muerte? ¿En función de qué valor de síntesis se armonizaría, en términos de convivencia, una oposición semejante? La única respuesta es la Civilización como ámbito superador de los conflictos. Pero, claro, la Civilización presupone que una de las culturas deviene universal y actúa como referente para las otras, aunque tome elementos de todas ellas, porque la Civilización, siempre urbana, es ante todo sincrética. Por ello, ni es deseable el relativismo cultural ni es posible un multiculturalismo que, al mismo tiempo, sea la base de una convivencia armonizada. No hay choque de civilizaciones (sólo hay una), sino de culturas. Y estas, como sustitutas actuales del concepto de raza a través de la noción de lo étnico, deben ser superadas mediante la única vía posible: la Civilización, aunque duela.

03 mayo 2008

El Poder y el Beato de Liébana.

El Poder, así con mayúscula, es intrínsecamente malvado. Beato de Liébana, allá por el siglo VIII, desarrolló toda una iconografía simbólica en la que los dragones alegorizaban al demonio; sus cabezas múltiples eran, según los estudiosos de estas cuestiones, metáforas gráficas de los reyes del mundo. El poder temporal del medievo se presentaba, de este modo, como demoniaco, frente al poder espiritual de la Iglesia (que también ejercía, por otro lado, su cuota de poder temporal). Semejante concepción estaba ya presente en ciertas sectas gnósticas pero, sea como sea, el ejercicio del poder siempre corrompe ("el poder corrompe y el poder absoluto corrompe absolutamente"). Ya sé que no es lo mismo un poder democrático que otro totalitario, ni es lo mismo Hitler que Abraham Lincoln. Sin embargo, y aparte de matices y de gradaciones, todo poder tiene algo de siniestro porque no se tiene el Poder, sino que es el Poder, una vez alcanzado, el que le tiene a uno.