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26 enero 2019

PSEUDOCIENCIAS?


Escribió  Carl Sagan allá por 1995:
   "La ciencia es más que un cuerpo de conocimiento, es una manera de pensar. Tengo un presagio de la época de mis hijos o mis nietos, cuando Estados Unidos sea una economía de servicios e información; cuando casi todas las principales industrias manufactureras se hayan ido a otros países; cuando los increíbles poderes tecnológicos estén en manos de muy pocos, y nadie que represente el interés público pueda si quiera comprender los problemas; cuando la gente haya perdido la capacidad de establecer sus propias agendas o cuestionar sabiamente a los que tienen autoridad; cuando, abrazados a nuestras bolas de cristal y consultando nerviosamente nuestros horóscopos, con nuestras facultades críticas en declive, seamos incapaces de distinguir entre lo que se siente bien y lo que es verdad, nos deslicemos de vuelta, casi sin darnos cuenta, en la superstición y la oscuridad".
     Casi no hay nada que añadir si observamos el horizonte actual, pues da la impresión de que superstición y oscuridad se apostan de nuevo, no ya en el corazón de las redes sociales, sino también en los recovecos de la percepción del orbe; se cuelan incluso en lo que se supone que es Ciencia, pues hay tal vez más pseudociencias de las que se enumeran en los discursos al uso, donde suelen aparecer la astrología o la homeopatía, pero nunca la ciencia climática incontestable o algunos aspectos de las denominadas ciencias humanas.  Y nada más.  El enunciado de Sagan lo dice todo.

19 enero 2019

LA MENTIRA OS HARÁ LIBRES.


Es el título de un ensayo de Fernando Vallespín, publicado en 2012. Partiendo de la actividad política, cuya naturaleza, siguiendo a Hanna Arendt, sería "estar en guerra con la verdad", el autor se pregunta por la relación entre Democracia y veracidad.  El planteamiento es interesante, pues lo que se pretende siempre, desde cualquier perspectiva ideológica o política, es la hegemonía cultural, es decir, aquello que ya el comunista Gramsci describió como la conversión en "sentido común" de la propia visión del mundo.  A partir de ahí, parece claro que la mentira, o la ocultación de la verdad cuando no es ventajosa, forma parte del acervo político.  Propaganda es la palabra, pero propaganda extendida ad infinitum; lo supieron Lenin y Stalin, y lo ejecutó a la perfección la Komintern, algunas de cuyas perlas propagandísticas siguen hoy siendo admitidas, en el fondo o en la forma, por la Izquierda divina o no.  Lo supo también el nazismo (Gobbels dixit). Y, ahora, están la posverdad, lo políticamente correcto, la imposición del lenguaje....Sí, el título del ensayo citado es tal vez más real que la otra frase evangélica en la que se escribe verdad donde aquí mentira.

12 enero 2019

GÉNERO.


Malos tiempos para la libertad y el raciocinio, si es que alguna vez los hubo buenos.  En ese eterno retorno de lo ineludible, regresa lo de siempre,  con ropajes nuevos para ocultar su ya vieja idiosincrasia.  Una vez más, la inefable disolución de lo individual en el caldo de lo colectivo:  religión, ortodoxia, raza, clase social...y, ahora, género, el último invento de los liberticidas.  Por poner un ejemplo claro, el nazismo se caracterizó por encuadrar a los seres humanos a partir de su raza, que determinaba todas sus características psíquicas y morales.  Ya desde mediados del XIX, clasificar fenotipos, medir cráneos, y demás,  se convirtió en una actividad científica y respetable.  Hasta que pasó lo que pasó.  También ahora se suceden los estudios, aparentemente serios y sesudos, sobre género o desigualdad femenina, en un tótum revolútum que desatiende los matices.  Y, al fondo de todo, el género como rasgo genético y social que determina todo lo restante, independientemente de la voluntad de cada individuo. Ante ello, la piel se eriza.

04 enero 2019

FELIZ AÑO?


Para iniciar el año transcribo lo que aquí mismo anoté  en 2006:
"Aquello del pensamiento débil  ligado a la posmodernidad dio para innúmeras hojas de los suplementos dominicales cuando, tras la caída del Muro, los pensadores orgánicos del estalinismo hubieron de buscar nuevos horizontes. Declaro que, aquello de la ruptura de los grandes discursos, de la hermenéutica y demás, nunca consiguió entusiasmarme en demasía. Pero ahora ya lo entiendo. Porque el pensamiento débil debe ser esta marea reciente de cobardía intelectual frente a los nuevos tiranos que, poco a poco, y a través del miedo ( qué antiguo método) nos van imponiendo renuncias y dejando con el culo al aire a quienes hasta, no hace mucho, y desde la izquierda divina, se presentaban como adalides de la Libertad (con mayúscula). No importaba aquello de libertad para qué de su admirado Vladimir Ilich. Pero, ahora, la realidad, y por fin el pensamiento débil, se van imponiendo. Sólo ha hecho falta que, más allá, y más acá, del limes hayan surgido los liberticidas para que todos callen".
Nada que añadir.  Feliz 2019.