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27 octubre 2019

DOBLE VERDAD.


La doctrina escolástica sobre la “doble verdad” fue imputada, sin mucho fundamento, a los averroístas latinos, así nombrados por ser émulos de Averroes en el medievo europeo y cristiano.   Sea cual sea su origen, la noción de que coexisten una Verdad para la Fe y otra para la Razón/Ciencia, ambas indudables, aunque contradictorias,  puede explicar idiosincrasias peculiares del mundo de hoy; en el mismo,  dogmas sin consistencia alguna desde el punto de vista racional o científico se tornan en verdades reveladas,  que nutren el sentido común dominante, y lo políticamente correcto, sin menoscabo de no estar contrastadas en el terreno de la fáctico, y siendo admitidas, a veces, en el universo de la Ciencia y sus practicantes, como punto de partida o elemento de explicación de teorías respetables en ese ámbito.  Así pues, la teoría de la doble verdad subsiste de manera subrepticia e intrínseca, en este presente variopinto, en el que suele acontecer que, desde el punto de vista gnoseológico o discursivo, la mano derecha de cada cual  no sepa lo que hace o sostiene la izquierda.

23 octubre 2019

ENGAÑOS COLECTIVOS.


“Es más fácil embaucar a muchos juntos que a uno solo”
Herodoto.

        Veinticinco siglos nos separan de esta aserción del patriarca de la Historia. Nada nuevo bajo el sol.  Resulta curiosa la contradicción entre el recelo individual y la credulidad colectiva, pero es real e inapelable.  Engañar a un ciudadano, o ciudadana, no es tan fácil; casi nadie compra, salvo excepciones debidas a la extrema habilidad del embaucador, o a la excepcional falta de juicio del comprador, un coche usado y defectuoso.  Sin embargo, nos pueden vender, cuando nos tornamos muchedumbre, cualquier suerte de dogma infumable e incoherente.  La historia de las religiones, y de los concilios ecuménicos, está colmada de tales desatinos, Y, más tarde, la de las ideologías mesiánicas o de los actuales milenarismos de raíz ecológica.   Sí, es más fácil embaucar a muchos, como bien saben los enemigos de la libertad.

16 octubre 2019

OBEDIENCIA.


Cuando las diatribas de estos tiempos me ocasionan melancolía intelectual, rechazo o simple cabreo, acudo a Hanna Arendt, como otros apelan a una biblia, un poema o una melodía.  Ella nunca me falla.  Reconozco que su prolijidad intelectual y polígrafa puede resultar turbadora en la Era de las redes sociales y de la comida rápida.  Pero volver a leerla aporta consuelo; tanto si los párrafos elegidos se refieren al Totalitarismo, como si describen la obediencia de Eichmann, sus elucubraciones no tienen desperdicio para cualquier observador atento, y avispado, de estos días.  La obediencia debida explica, en el presente, más cosas que las que uno desearía.  Por ejemplo, el avance de esa nada de lo políticamente correcto y de la tendencia liberticida en el seno de las instituciones, tanto públicas como privadas, de esto que hemos dado en llamar Occidente.  Sólo hay que observar al tiempo que se lee, con la necesaria actitud, a Hanna.

10 octubre 2019

VERDAD Y MENTIRA


“Todo lo que escuchamos es una opinión, no un hecho. Todo lo que vemos es una perspectiva, no es la verdad.”
Marco Aurelio
 “El propio concepto de verdad objetiva está desapareciendo de nuestro mundo. Las mentiras pasarán a la historia”
George Orwell

Dos juicios que, a pesar del contraste cronológico y personal entre sus autores, se me antojan conectados.  La sentencia del romano, nos traslada a una suerte de actitud cuántica, adaptable a estos tiempos de hoy en los que retorna el dogmatismo puro, cebado, a través de los medios, de las redes y de las propias instancias oficiales desde la escala local a la mundial. Si partimos de Marco Aurelio, puede que logremos ejercer alguna dosis de relativismo, aunque útil sólo en parte frente a la ola que nos invade. Sin embargo, el británico, tal vez por lo convulsivo del tiempo que le tocó en suerte, parece creer en la verdad objetiva; sin ella, se impone, a su juicio, la mentira.  Y, claro, en el hoy que nos anega con sus maremotos de redes sociales y orbe intercomunicado, el relativismo es un componente esencial de esta parte del mismo que habitamos, la occidental y civilizada; no es malo el relativismo si sirve como caldo de cultivo para el pluralismo y la tolerancia, pero deviene en concepción peligrosa si se utiliza  para imponer dogmas y emociones que no convienen a la libertad, si opera como pista de despegue para la falsedad y el apaño emocional, para la manipulación y la burda propaganda. Coincido con Marco Aurelio, pero temo por el futuro con George.

03 octubre 2019

PLURALISMO.

“Para los que no tenemos creencias, la democracia es nuestra religión.”
PAUL AUSTER
           
Me identifico con Auster, aunque no sea literato por el que sienta predilección, tal vez porque te atrapa al leerlo, pero no deja nada después, ni un mínimo poso.  Pero aquí, en esta sentencia, da en el clavo.  Y presumo que se refiere a la democracia real, no a esa Democracia metafísica, o ideal, a la que suele loar todo  liberticida que se precie.   Los que no tenemos grandes credos, ni acometemos la salvación del orbe, o de cada uno de sus moradores, amamos esa democracia,  entendida como pluralismo y espacio común en el que todos concordemos, como afirmó Glucksmann, acerca de dónde habita el Mal, pero sin pretensión de conocer la ubicación del Bien ni, mucho menos, de conducir a los otros (ese infierno sartriano) hacia el mismo.  Pero somos menos cada vez los que así pensamos o sentimos.  Tal vez porque la gente es militante de algo que le trasciende, o porque el Régimen (mundial o nacional) va instaurando una suerte de ideología impuesta, pero como sin imponerla.   Y así agoniza el ideal del pluralismo en favor de algo sórdido y aterrador, aunque oculto, de momento, tras el velo de lo laudable.