ENIGMAS PARA ACABAR EL AÑO

Últimos días del año. Leo y releo en este paréntesis navideño. Entre las relecturas, El lobo estepario. Me pregunto: ¿quiénes son, hoy en día, los lobos esteparios y quiénes sus burgueses de referencia? Tal vez no concurra ya tal especie, o subespecie. Aúllan, de cuando en cuando, pero sin convencimiento, como parte de un espectáculo. No añado más. Cavile, quien lea estas líneas, acerca de ello. Y otro enigma: ¿dónde están los neoinquisidores? Existir, existen, y se hallan entre nosotros, imponiendo, como siempre, el camino recto de la ortodoxia. Quien quiera encontrarlos, que no busque a Roma en Roma. Las confesiones son variadas en este siglo XXI, pero hay dos de ellas que sobresalen: el ecologismo y el nacionalismo. Tienen sus dogmas, su revelación, sus verdades y una legión de inquisidores dispuestos para ejercer. Volviendo al principio: ¿Existen los lobos esteparios? ¿Hay burgueses que les sirvan de referencia?

DOXA

Prevalece, en nuestros días, la doxa sobre la episteme o, lo que es lo mismo, la opinión sobre el conocimiento objetivo. Son tiempos de subjetivismo: la Ideología ha devenido Ideografía y nos entra por los sentidos en forma de imágenes y de otros elementos subliminales que forman parte de la cultura del simulacro. Se trata de un regreso a la superstición que los ilustrados denostaron, aunque servida, casi siempre, en el envoltorio de un supuesto conocimiento. Predomina el sentimiento en estas ideografías que, no obstante, se presentan en ocasiones con el ropaje de lo científico. Ante todo ello, quienes defienden el Pensamiento con mayúscula claman en el desierto. No es posible convencer a los que se nutren de la ideografía, ni se puede influir sobre ellos. Iletrados inconscientes de su condición, son para los pensantes de este ahora lo que fueron, otrora, las masas vociferantes y analfabetas que, en apoyo siempre de la Oscuridad, no atendían a razones.

REFLEXIÓN PRENAVIDEÑA.

Diciembre. La Navidad se acerca. Recorremos, ahítos de énfasis, las calles y los centros comerciales. Todos solidarios, haciéndonos eco de los mantras desacralizados del agit prop progresista. Pero compramos y compramos, consumimos. ¿Esquizofrenia? ¿Simple incoherencia? Acaso un poco, o un mucho, de ignorancia. Hemos pasado, en un par de décadas, de la ideología a la ideografía, que es la forma que adopta el pensamiento en esta era del simulacro (Braudillard dixit). Y la ideografía supone un regreso a la Metafísica. Regreso banal, pero regreso al fin. Se trata, en este caso, de lo que podriamos denominar metafísica de la idea genérica (basada en la Imagen más que en el discurso), en una especie de recuperación de los universales de la filosofía medieval. Todo ello supone una dificultad para el discernimiento que nos conduce a aceptar como lógicas ideas y pensamientos descabellados. Y así nos va, comulgando con ruedas de molino. Otro Diciembre. Otra Navidad.