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26 marzo 2022

“THX 1138”

 

George Lucas  estrenó, en 1971, su primera película, “THX 1138”(1971), apenas hoy recordada. El título hace referencia al código de identificación, que en una sociedad futura, concebida como distopía, sustituiría  al nombre de la persona, en un contexto de control colectivista  lleno de prohibiciones (el sexo, verbigracia) y en el que se utilizarían sustancias químicas (drogas) para controlar a la gente. La película trata sobre la lucha individual por la libertad como huida del paraíso impuesto, que podría ser el que, en el momento de la filmación, existía al otro lado del ”muro” o, por extensión,  en todo el bloque comunista.  Entonces, sesudos analistas lo denominaban “socialismo real”, pero no era otra cosa que la expresión del comunismo opresor y liberticida.  Lo llamativo del filme es que, transcurrido el tiempo, y al igual que el mundo orweliano o el de Huxley, haciendo esperpento de su presente, se anticipa a este futuro ya casi alcanzado en el que la distopía, con todos sus ingredientes, está cada vez más cerca.

19 marzo 2022

EFICIENCIA?

 

Alguien, cuyo nombre y condición no recuerdo, escribió aquello de “rara vez es mal año en campo bien sembrado.”  Es una de esas sentencias que a uno se le graban en la memoria a largo plazo y que, un día, emanan hacia la consciencia. En este caso, evoco la frase en relación con la cuestión de la eficiencia. Se me plantea, en relación con ello, la vieja diatriba sobre si, en España, somos precisos y eficientes de cara al progreso económico y el mercado, o si, por el contrario, y bajo la apariencia de modernidad, subyace el viejo atraso y el “qué inventen ellos”.  La eficacia es un asunto delicado y se relaciona con formas de proceder ligadas al utilitarismo, que no sé si forma parte de nuestras virtudes colectivas.  En el día a día, la observación me lleva a inferir que, en efecto, no parece ser la eficacia nuestro punto fuerte.  Pero, como tampoco soy amigo de tópicos, he de admitir que igual se trata de una percepción condicionada por estos tiempos que nos han tocado en suerte, en lo que no son, ni mucho menos, los mejores quienes rigen nuestros destinos, y no me refiero solo al ámbito político.  Pero sí es verdad que, en campo bien sembrado, son menos frecuentes los malos años.  Que cada cual extraiga sus propias conclusiones.

11 marzo 2022

SÍNTESIS

 

Eugenio d´Ors fue lo que, en otro tiempo, se denominó un polígrafo (nada que ver con la “máquina de la verdad”); lo citaba mucho mi admirado Umbral y  se le atribuye, entre otras muchas sentencias, aquella que afirma: “una síntesis vale por diez análisis”.  La traigo aquí en relación con el presente.  Siempre he creído que la capacidad de síntesis es uno de los requisitos de la sabiduría, por ser don escaso.  Y cada vez más.  En los tiempos que corren, donde las anécdotas se quedan en eso, sin devenir categoría, e incluso se subdividen hasta el infinito, dando lugar a ese fenómeno que alguien (no recuerdo dónde lo leí) definió como la sustitución de la curiosidad intelectual por el voyeurismo del cotilla, adolecemos de visiones generales. Son  tiempos de especialistas  y de perspectivas parciales, muy útiles para aquellos que sí se conducen en términos de una concepción sintética clara y diáfana encaminada a ir reduciendo nuestras libertades. Y prefieren que el resto nos movamos en las arenas movedizas de las cosmovisiones intelectualmente fragmentarias.

05 marzo 2022

DESOBEDIENCIA

 

“La desobediencia es la virtud original del hombre. Mediante la desobediencia y la rebelión se ha realizado el progreso.”
OSCAR WILDE.

Hago mía la aserción de Oscar Wilde.  Nada más vil que la irracional sumisión a las normas, que son  expresión del sentido común ( Gramsci dixit ) de cada época. No afirmo con ello la plausibilidad  de una rebeldía constante y automática, pero sí reivindico la necesidad de un sentido crítico opuesto al Poder, al real, no al aparente,  de cada momento histórico.  Y, en consecuencia, reclamo una desobediencia basada en el escepticismo más que en la fe, pues si se fundamenta en la última no es sino anticipo de subordinaciones futuras y tal vez más necias que las actuales.  Debemos desobedecer con cabeza y raciocinio,  huyendo de la obediencia automática, que acaba siendo fruto del condicionamiento pauloviano.  Nadie más obediente que Eichmann (Hanna Arendt lo supo y lo describió con maestría), funcionario ejemplar en su contexto.  En el nuestro, usemos la racionalidad para huir de la asunción de cualquier cosa en aras de la jerarquía, que ya no es militar, pero lo es moral; y como tal, indolora, tal vez asintomática y, por ende, llena de peligros.