Vistas de página en total

30 julio 2017

NATURALEZA

Naturaleza. Un concepto que tiene mucho de metafísico y antropomórfico, forjado además en un marco de panteísmo.  Lo mismo ocurre con la noción de ecosistema, una suerte de todo autorregulado hecho a imagen y semejanza de nuestra lógica.  Y, en relación con ello, surge la cuestión, tan cara hoy, de su conservación.  El conservacionismo sí que se presenta como construcción ideológica pues, de existir la Naturaleza como entidad ajena a la Cultura, nada hay menos conservacionista que la misma.  La historia geológica, a los largo de los distintos eones, está poblada de cambios bruscos y extinciones masivas.  En la historia de la Tierra se han documentado por lo menos cinco de ellas.  La extinción más reciente ocurrió hace 65 millones de años al final del periodo Cretácico y acabó con el “Parque Jurásico”, es decir, con los dinosauros, además de muchas otras especies. Las causas de las pasadas extinciones han sido identificadas como cambios dramáticos en el clima debido a actividad geológica. El conservacionismo actual, de raíz ecologista y con mucho de emocional, se basa en un concepto de lo natural dispuesto a nuestra escala temporal.  Sería este un buen punto de partida para una reflexión crítica. 

23 julio 2017

MEMORIA ÚTIL.

Parece fácil, a toro pasado, identificar el lugar donde se encuentra el Mal y situarse en sus antípodas.  Pero se trata de una simple ilusión anacrónica y antihistórica.  En efecto, visto desde el presente, el nazismo, verbigracia, resulta nítido en sus objetivos y en su escalofriante praxis.  Sin embargo, en su momento, millones de personas apoyaron al nacionalsocialismo, lo jalearon o permanecieron en silencio ante sus atrocidades.  Puede ocurrir lo mismo en el presente con otros movimientos o alternativas que se presentan con ropajes distintos, pues nunca el diablo repite disfraz.  Y entra aquí en juego el análisis historiográfico y frío de los hechos pasados, que constituiría  la verdadera memoria histórica, una suerte de reconstrucción de lo pretérito,  útil para reconocer en el presente la cara del Mal.  A  modo de guía, se puede citar a André Glucksmann, quien afirmó que todo va encaminado cuando estamos de acuerdo acerca de dónde reside el Mal, para evitarlo, pero que el problema surge cuando algunos creen saber dónde está el Bien.  Que cada uno saque sus propias conclusiones.

18 julio 2017

SEXISMO

Leo que la Vuelta a España, competición ciclista,  eliminará los besos en el podio y tendrá "azafatos" para evitar el sexismo.  Parece que el sexismo se define como la discriminación que alguien sufre por su sexo o género.  Me pregunto si las azafatas no contratadas podrán considerarse objeto de esa discriminación.   La policía de costumbres, antigua institución, vuelve a través de lo políticamente correcto, en forma de postureo ideológico,  de actitud de cara a la galería de lo progre, sin mayor coste para sus ejecutores.  La realidad,  que es otra en la calle nuestra (y no digamos en otras calles sumidas en el piélago de la multiculturalidad), no importa.  Lo que mola es el guiño, el no somos sexistas, los azafatos y, por supuesto, la supresión del par de besos de la chica al ganador. Y, por debajo, toda una realidad sórdida de dominaciones y maltratos, de desigualdad, de falta de oportunidades para mujeres que nacieron en el lugar o barrio equivocado. Que no son precisamente las azafatas del ciclismo.  Cambiemos, pues, el lenguaje y los gestos para que nada cambie en la realidad subyacente de cada día.   En uno de sus escritos, Proudhon, pensador revolucionario del XIX, exponía sus razones y argumentos en contra de la propiedad (burguesa) y concluía lo siguiente: “la propiedad ha muerto, yo la he matado”.  Ya ha llovido desde esa decimonónica sentencia y la propiedad sigue ahí, como antes.  No basta con el discurso para que la realidad se transforme.  Pero vivimos tiempos no de ideología, sino de postureo ideológico.

12 julio 2017

DOXA.

Eric Sadin, pensador francés y autor de La humanidad aumentada, considera que, en los últimos tiempos, y en relación con las redes e Internet, se extiende el falso conocimiento, la doxa platónica, en un orbe marcado por el crecimiento de la denominada inteligencia artificial, que decide cada vez más por nosotros y pone en peligro, según este autor, el libre albedrío humano. Sin entrar en otros aspectos de la obra, lo de la doxa puede ser suscrito por cualquiera que ejecute una mínima meditación sobre el mundo presente.  En efecto, las redes sociales suponen el encumbramiento de la opinión subjetiva y emocional, sin aparentes bases reflexivas, frente al  rigor y la Ciencia.  Los hechos no parecen importar ya casi a nadie y predomina la simple valoración personal de los mismos; es lo que se ha dado en denominar posverdad. No sé si es la muerte del conocimiento pero sí se puede afirmar que el mismo retrocede y se ensimisma frente a la marea de subjetividad que todo lo invade. Nadie osa ya oponerse a ella, que oscila entre lo políticamente correcto y lo   comúnmente aceptado por las turbas de las redes.  ¿Volvemos del Logos al Mito?

01 julio 2017

LENGUAJE Y PENSAMIENTO

El lenguaje y el pensamiento son, matices aparte, una misma cosa.  Hablamos o escribimos como pensamos y el discurso caótico refleja un pensamiento también confuso.  Durante el período que denominamos Alta Edad Media, el Latín se fue deteriorando, al tiempo que perdía  la precisión y claridad de la época clásica, tal vez porque la riqueza en el pensar, los matices y la profundidad habían ido menguando por los cambios sociales y políticos acaecidos desde el siglo V.   Al fin y al cabo, el  posterior renacimiento carolingio no fue otra cosa que un intento de recuperar ese esplendor en el contexto del Imperio de Carlomagno, que se presentaba como heredero de la Roma Antigua. Carlomagno recurrió, para ello,  a los monjes, los únicos que dominaban la escritura y la lectura, y  buscó la colaboración de  Alcuino de York , naciendo así,  en Aquisgrán, la Escuela Palatina, que serviría como base para las modernas universidades; ordenó, además,  que todos los nobles y clérigos se instruyeran en letras y aritmética. Mostraba  ello la intención de solucionar una pérdida, así como  la nostalgia del mundo clásico perdido.  Tal vez hoy esté también ocurriendo; se tiene, a veces, la impresión de que el lenguaje está en declive, con desaparición de sus matices, que son sin duda los del pensamiento, un pensamiento que se antoja pobre y emocional (la ya manida "posverdad") y falto del rigor que tuviera.  Sólo ello explicaría alguna de las cosas que, desde el punto de los discursos ideológicos, nos  están sobreviniendo.