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28 septiembre 2019

VIAJEROS SIN FRONTERAS.


“Pero ¿para qué viajan la mayoría de los que viajan? ¿Hay algo más azarante, más molesto, más prosaico que el turista? El enemigo de quien viaja por pasión, por alegría o por tristeza, para recordar o para olvidar, es el que viaja por vanidad o por moda: es ese horrible e insoportable turista que se fija en el empedrado de las calles, en las mayores o menores comodidades del hotel y en la comida de este. Porque hay quien viaja, horroriza el tener que decirlo, para gustar distintas cocinas. Y otros para correr teatros, cafés, casinos, salas de espectáculos, que son en todas partes lo mismo, y en todas igualmente infectos y horrendos. Y hay quien viaja por topofobia, para huir de cada lugar, no buscando aquel a que va, sino escapándose de aquel de donde parte”.
MIGUEL DE UNAMUNO.


El “maestro” Unamuno, parafraseando a Machado, torna a la actualidad estos días, a causa de un filme absurdo y prescindible. Fue, sin duda, un genio locuaz y polígrafo.  Tal vez sin sentido del humor, como observa Andrés Trapiello, pero un genio.  Y, por esa condición, muchas de sus sus aserciones mudaron en augurios restrospectivos.  Porque lo de más arriba fue ideado y escrito bastante antes del boom turístico y, por supuesto, en otro Eón muy anterior a las redes sociales, a los selfies y a las fotos subidas a mayor gloria de nuestro narcisismo.  No cabe duda de que seguimos viajando, o lo que sea eso que hacemos cuando nos desplazamos a otros lugares, por vanidad, por moda y, sobre todo, cada vez más, por huida de cada lugar y, tal vez, de nosotros mismos.

22 septiembre 2019

HORACIOS.

 El “Juramento de los Horacios” es un cuadro de Jacques-Louis David, artista de cámara de la Revolución Francesa y del período napoleónico; pintado en 1784, un lustro antes de la toma de la Bastilla;   se le suele caracterizar como exaltación de  los valores cívicos y republicanos, pero conviene conocer el busilis de su iconografía. Los Horacios, hermanos romanos de leyenda, se enfrentaron con otros trillizos llamados los Curiacios, en combate único para solventar la beligerancia entre Roma y la ciudad de Alba Longa. Se decidió que cada ciudad elegiría a tres soldados para que pelearan hasta la muerte y resolvieran así el enfrentamiento,  a pesar del cual ambas familias estaban unidas por lazos matrimoniales. Los seis guerreros combatieron a muerte y solo un Horacio salió con vida; aprovechando las heridas causadas por sus hermanos caídos a los Curiacios, los mató uno a uno dando la victoria a Roma.  Al regresar al hogar, Camila, hermana de los Horacios y esposa de uno de los Curiacios, reconoció el manto de su marido sobre los hombros de su hermano y lamentó su muerte, lo que provocó la ira del Horacio sobreviviente, que acabó con la vida de su hermana al grito de “¡Mueran todas las mujeres que lloran al enemigo!”. Situaba así a la patria, o al Estado, por encima de la familia.  Así pues, el cuadro de David alberga un significado poco edificante, al menos para los partidarios de la libertad, de la democracia y del individuo.  Es seguro que esta supuesta excitación de los valores cívicos fuera asimismo un símbolo reconocido en la Alemania de los años treinta o en cualquier régimen comunista pasado o presente.  No es, por ello, extraño que David se convirtiera en pintor al servicio de la Revolución y del propio Napoleón.  Los intelectuales orgánicos defendieron siempre posturas poco edificantes a mayor gloria del Estado o del Partido.  Y sigue habiéndolos.  

14 septiembre 2019

SÓLO LA ESCLAVITUD ES GRATIS.


“Uno de esos seres puros, idealistas y creyentes, que suelen causar con su fe más mal y derramar más sangre con su idealismo, que los más brutales políticos y los más feroces tiranos.”
Stefan Zweig, sobre Fouché
            El enunciado reseña a Fouché, pero podría describir a cualquier otro sujeto de ese mismo talante.  Existen, y existieron, un sinnúmero de esos seres puros, cobijados, según épocas, espacios y momentos, en diferentes escenarios ideológicos o religiosos. En su asechanza del pecado, de la injusticia, o de lo que sea el catalizador filosófico de cada instante histórico, estos seres ocasionan de verdad mucho dolor.  Stefan Zweig, tal vez marcado por su tiempo de entreguerras y por su naturaleza de judío, atina de pleno. Esa bondad jesuítica, ese fervor por el Bien que ellos acotan, es la idiosincrasia de todos los hostiles a la libertad.  Sigue habiendo, hoy, muchos seres puros que conocen, o creen conocer, donde está nuestro Bien, y que procuran dirigirnos hacia el mismo al margen de nuestros propósitos. Se escudan en grandes palabras (Justicia, Igualdad…) pero sólo venden sueños que terminarán por convertirse en espantosas pesadillas.  Frente a todo ello, cavilemos que sólo la esclavitud es gratis.

08 septiembre 2019

LENGUAJE

Nunca el lenguaje, ni los sintagmas, ni vocablo algunopuede ser considerado como baladí.  Las cuestiones puramente semánticas no existen ni existieron nunca, porque la Historia de nuestro orbe es la de la manipulación y la propaganda.  En la Guerra, y en todo lo demás (a la guerra como a la guerra, que dicen en Francia) , la lengua es primordial.  El objetivo es siempre imponer el propio lenguaje a los adversarios, como bien sabe todo terrorista que se precie.  También conocen esto los liberticidas de cada época y momento, protagonistas habituales de las entradas de este sitio.  No aceptemos su lenguaje o estaremos perdidos.  No diré más. Que cada uno busque y rebusque. 

03 septiembre 2019

VERDAD?



Según un estudio de la Universidad de la Universidad  de Warwick, en Inglaterra, la mitad de la población es proclive a "recordar" sucesos que nunca acontecieron,  Parece ser que la información errónea en las noticias puede crear recuerdos colectivos incorrectos, que afectan el comportamiento y a los talantes sociales.  En este estudio, la doctora Kimberley Wade, del Departamento de Psicología, demuestra que, si se nos insiste de la manera adecuada sobre un suceso ficticio de nuestras vidas, acabamos por aceptarlo como real y verdadero. Ello plantea interrogantes sobre la autenticidad de los recuerdos utilizados en investigaciones  como las forenses o judiciales. Siempre lo habíamos intuido, pero, en estos tiempos de fakes, confusión y dogmatismos varios, el asunto resulta preocupante.  Los liberticidas, siempre atentos, disponen, en la actualidad de herramientas potentes, como el control de las redes sociales, cuyas posibilidades hubieran sido culminación de cualquier sueño totalitario.  La combinación de esas herramientas con las características a la que se refiere ese estudio dibuja un futuro que produce escalofríos.  Aunque tal vez ya estemos, en este presente, inmersos en el mismo.