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08 mayo 2007

NOMINALISMO FRENTE A CAMPAÑA ELECTORAL.

Va a empezar la campaña electoral. Durante su transcurso, como siempre (aunque tal vez con mayor vehemencia), los líderes políticos llenarán los papeles y los telediarios de universales, de referencias colectivas relacionadas con la clase social, la cultura y otros conceptos. Es lógico si pensamos que se dirigen, o eso pretenden, a la totalidad de la ciudadanía: de ahí lo genérico y demagógico de sus discursos. Frente a los vendedores de universales han estado ( y estamos), desde hace siglos, los nominalistas. Los que no creemos sino en los seres y entes concretos, anteponemos al individuo frente a cualquier abstracción como raza, clase social o cultura, partiendo de un principio denominado Navaja de Ockham. Dicho principio fue formulado, en el contexto de la polémica escolástica de la Baja Edad Media, por el filósofo, y franciscano, inglés que le dio nombre. Se trata, a grosso modo, de buscar siempre la explicación más sencilla, ya que los entes no deben ser multiplicados sin necesidad. Es un buen principio frente a las pseudociencias y frente a la superciencia milenarista que nos invade, pero también frente a la demagogia totalitaria y/o nacionalista. Aplíquenselo cuando escuchen, o lean, los mensajes de propaganda política durante las próximas semanas.

01 mayo 2007

1 DE MAYO

Hoy es el día del trabajo. Los sindicatos nos sacan a la calle en una especie de demostración folklórica, como cuando se bailaba la Jota en el Bernabeu. Eran otros tiempos, lo sé. Pero el paralelismo se hace inevitable, porque cuando la protesta se ritualiza, deja de ser tal y se torna pura repetición de un arquetipo. Las grandes centrales sindicales son ahora instituciones oficiales, destilan poder y, sobre todo, una suerte de prejuicio ideológico. Casi desaparecidas las grandes ideologías como discursos globales, va quedando el rescoldo de una especie de tic del pensamiento, de un maniqueísmo de andar por casa, que se muestra mediante mantras coreados por manifestantes con coche de gran cilindrada, pisazo o chalet y segunda residencia. Lo sindical se carnavaliza y los liberados entonan de cuando en cuando (siempre que toca) lemas o cánticos que parecían olvidados para después retornar a su cotidianidad aburguesada. Es el signo de los tiempos.