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03 agosto 2008

AGOSTO.

Agosto. Traspasamos el ecuador del estío entrando en este octavo mes que lleva el nombre del emperador Augusto. Aquí, en el Hemisferio Norte, comenzamos la cuenta atrás del verano, al tiempo que los días decrecen y la llegada de septiembre se hace inexorable. Lejos quedan San Juan y las celebraciones solsticiales. El viaje que se antojaba largo nos va llevando a ese destino poco placentero del noveno mes del año. Quienes vacamos tenemos, no obstante, la ocasión de practicar el dulce arte de no hacer nada. Solo algunas lecturas intermitentes y leves, pues las de más enjundia se dejan, en el caso de quien suscribe, para el Otoño y el Invierno. Sin embargo, agosto ya no es lo que era (oasis de inacción y huérfano de sucesos), porque las noticias se suceden y se van muriendo las serpientes de verano. O tal vez siempre sucedieron cosas en este mes bifronte y paradójico. Así, en agosto zarpó Colón desde Palos, EEUU lanzó la primera bomba sobre Hiroshima y falleció en accidente l Lady Diana Spencer. Disfrutemos, pues, sin confiarnos.