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26 diciembre 2021

RELATOS

 

Se esgrime mucho, de un tiempo a esta parte,  el vocablo “relato”. Y no para referirse a un género literario, sino más bien para denominar a las fábulas, convicciones, también leyendas y mitos, que vamos acumulando para justificar nuestra visión del mundo.  En ese sentido, el relato puede  entenderse a escala individual (casi todos interiorizamos el nuestro propio, e incluso nos lo creemos), pero hay también un relato de grupo, o de toda una sociedad, e incluso, llegado el caso, planetario, lo que vuelve a traernos aquellos grandes relatos que, según Lyotard y los posmodernos( o posmarxistas, o marxistas vergonzantes, que ya no lo tengo claro) estaban muertos.  Se referían a las grandes ideologías, pero las mismas siguen ahí  tomando otras apariencias; todo lo de hoy (posverdad y demás) se inscribe en un gran relato sobre la realidad que nos circunda.  Las ideologías, y las religiones, son megarrelatos y estos están más vivos que nunca, tal vez derivando a ese relato único que se va imponiendo poco a poco.  Sí.  Todos tenemos nuestro relato, pero unos, para la nueva religión del Estado global, son más admisibles que otros.

19 diciembre 2021

RELIGIÓN.

 

Se va tornando más arduo hallar el límite que separa la Religión de lo que no lo es, tal vez porque todo lo que forjamos y cavilamos parece ungido por una parte irracional cimentada en algún tipo de fe o certeza previa. Aparte de aquello de “religar”, siempre presente como adenda a cualquier esclarecimiento del hecho religioso, entiendo que la religión es, sobre todo, “verdad revelada”; así pues, no se requieren dioses para que la devoción exista, pues el dogma revelado es el origen de todo. De ahí la dificultad para discernir entre lo sacro y lo profano en estos tiempos de tribulación y mudanza. Una prueba de ello es la proliferación de inquisidores laicos, amén de la técnica del concilio, cada vez más extendida, con su ortodoxia y sus herejes. No creo que sea una imitación consciente de la Iglesia y sus procedimientos (como parecen indicar la Convención jacobina, los congresos del PCUS, o los dicterios, cumbres y movimientos variados del hoy), sino el resultado del hecho religioso en sus distintas variantes. Así lo parece a la vista del orbe observable.

12 diciembre 2021

INGENIERÍA SOCIAL.

 

Los hombres no se muestran  dispuestos a admitir la verdad o la razón. No puede llegarse a ellos con argumentos racionales. La mente carece de fuerza en esta lucha.  Sin embargo, hay que contender. Si queremos conseguir algo, tenemos que  engañarlos a fin de que nos dejen realizar la tarea. U obligarlos.  No comprenden otra cosa" 
La rebelión del Atlas, de Ayn Rand (fragmento de un diálogo).

Las consideraciones del párrafo las atribuye la autora a un personaje que se supone busca el bien común por encima de los intereses o egoísmos particulares. Y están escritas en los años cincuenta del siglo XX.  Revelan, sin duda, la lógica originaria de cualquier totalitarismo y constituyen la esencia de toda ingeniería social. Quien emite esas palabras se está justificando,  al tiempo que blanquea el engaño y la imposición como vías inevitables ante la cerrazón humana.  En esencia, viene a decir que todos, o la gran mayoría, exceptuados los propios impulsores de la opresión y sus acólitos, somos menores de edad y confirmamos un gran hormiguero que debe ser ordenado con precisión y mano firme, borrando la individualidad en beneficio del colectivo.  Lo de siempre hasta hoy.  Y siguen.

05 diciembre 2021

PATOS.

 

Cada vez más gente sostiene la idea equivocada de que sus causas morales están por encima de la racionalidad”.
Steven Pinker.

No soy muy partidario de las  sentencias lapidarias.  Pero esta, pronunciada por un ensayista de guardia, y según se transcribe en  entrevista publicada por el  diario “El Mundo”, atesora sustancia.  Ya sé que es de esas afirmaciones, genéricas y desencarnadas, que pueden servir para unos y para otros, pero contiene mucha verdad y enlaza con la marea creciente, e imparable de momento, del subjetivismo, ligado a las emociones, como sustituto de las ideologías, que devienen en pátina inicial sobre la que articular el “patos” de cada cual.  A partir de ahí, ya no parece importar referirse a la búsqueda de la Verdad porque la realidad objetiva, los datos, en definitiva, la racionalidad, no importan si entran en contradicción con los principios, o prejuicios, previamente establecidos. La mendacidad deviene, de esta manera, en praxis social y política y conviene a los “grandes hermanos” (hay más de uno) para el desarrollo de su ortograma totalitario.  Nada más ni nada menos.