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31 enero 2007

TOTUM REVOLUTUM

Ernesto Sabato escribió Sobre Héroes y Tumbas, obra maestra a juicio de quien suscribe. Se trata de una narración con muchos niveles de lectura e interpretación. Entre ellos, cabe destacar como se refleja ese típico desgarro del siglo XX entre lo racional y lo irracional, entre el mundo de la Ciencia ( la luz de la Ilustración) y la Oscuridad, entre el Bien y el Mal. Esa guerra dialéctica entre los opuestos ya no parece tan diáfana. En este siglo XXI, una especie de entropía parece invadir las mentes y las conciencias. La Ciencia (o lo que se vende como tal) no siempre se nos presenta con el raciocinio que debiera, sino que, por el contrario, se diluye, con más frecuencia de lo conveniente, en la marea de lo sensacionalista, y cada vez se hace más difícil distinguir el trigo de la paja. Al mismo tiempo, viejas supersticiones ligadas al más falaz ocultismo se presentan con el ropaje de lo científico. Así reina la confusión, en forma de ecologistas que adoran a Gaia (Gea) y que se nutren del fervor religioso más que del análisis de los hechos; o en forma de astrólogos, ufologos y similares que venden su actividad como ciencia. Sin olvidar todas las posibilidades intermedias. ¿Qué sentiría el alter ego de Sabato ante todo ello?. Tal vez vértigo ante semejante totum revolutum.

22 enero 2007

LECTURAS Y....HECHOS...DEL INVIERNO.

Llega el invierno meteorológico, que hace más dulces las lecturas hogareñas. Acabo de leer El Clima, de Manuel Toharia; haciéndolo entre líneas, (es muy listo el autor), se deducen algunas cosas y se advierten ciertas críticas hacia una serie de aspectos del pensamiento único, que también está presente en el mundo de la Ciencia. Son objeciones veladas, como en tiempos de la censura, esa amenaza que vuelve ahora en forma de coacción moral ejercida contra quienes se ubiquen fuera del círculo de lo progre y políticamente correcto. Mientras acabo el libro, resulta que llega el frío traído por una masa de aire polar. Y, al otro lado de la ventana mediática, oigo los ecos de unos disturbios sucedidos en el área metropolitana de Madrid. Bandas, inmigrantes, jóvenes autóctonos y crisis de autoridad, todo ello en un cóctel explosivo. Algunos lo etiquetarán con varios lugares comunes de la literatura sociológica y psicosociológica; otros, mediante la simplificación política. Y, al fondo, la inanidad del Estado ante la violencia, es decir, el comienzo del fin de la Libertad. Habrá que volver a las lecturas, y relecturas, ahora que el frío las hace más apetecibles.

17 enero 2007

NEOINQUISIDORES

La Inquisición, como tal, dejó de existir, al menos en España, bastante a principios del siglo XIX. Pero inquisidores los ha habido siempre, los hay y los habrá. Adoptan ropajes y discursos distintos según la época y el lugar pero, como la energía, nunca desaparecen. Sólo se transforman, manteniendo siempre su índole sectaria y absolutista. Hay inquisidores, en el presente, en torno a la salud; sustituyendo el alma por el cuerpo como objeto de referencia, pretenden que fallezcamos sanos y que cuidemos nuestra parte física como, otrora, nos pedían la salvaguardia del alma. Hay inquisidores en torno a eso que se ha dado en llamar Ecología, al menos en su vertiente más religiosa e iluminada; volveremos otro día sobre ello. Hay inquisidores en nuestras universidades; son muchos de aquellos que rechazan cualquier opción y pensamiento que no se acerque al suyo propio y, que no conformándose con ello, linchan moral e intelectualmente a cualquiera que abandone la línea recta de la ortodoxia. Estos nuevos escolásticos se creen, verbigracia, habilitados para desacreditar a los disidentes (su procedencia ideológica, por no decir su pensamiento actual, aparece muy vinculado a uno de los totalitarismos propios del siglo XX). Enfín, hay más de los que pensamos y pretenden, como siempre, enclaustrar nuestro pensamiento. Sólo puedo decirles esto: Eppur si muove. ¿Recuerdan?

15 enero 2007

VERDADES DE DISEÑO

Desconozco si la Verdad, como entidad absoluta, existe o si, en caso afirmativo, podríamos acceder a ella. Sea como sea, su búsqueda fue siempre uno de los objetivos del Homo Sapiens, bien mediante la religión o bien por medio de la filosofía y la ciencia. En los últimos tiempos, sin embargo, ese afán parece haber decaído. Ya no anhelamos la Verdad, porque no creemos en su existencia o porque, simplemente, ha dejado de interesarnos. ¿Para qué indagarla si somos capaces de crearla mediante el lenguaje? Y, de este modo, hasta la Ciencia se reviste hoy de ideología, cuando no de ideografía, y orienta sus investigaciones a partir de premisas más cercanas a la creencia que al doble proceso de análisis deductivo e inductivo con su fase empírica. Si ello ocurre en la Ciencia, ¿qué no sucederá en la Política? No. No presentimos ya una verdad oculta tras las apariencias. Más bien, convertidos en ingenieros de la palabra, fabricamos la realidad a nuestra imagen y semejanza y, poco a poco, vamos obteniendo, más que la Verdad, pequeñas verdades de diseño.

12 enero 2007

¿QUÉ NOS PASA?

Otra vez el mundo al revés. La víctima como culpable. Porque no quiere negociar ni desea que se ceda ante los asesinos. Estos sí que anhelan la Paz, pero la de los cementerios, la que sobreviene después de la guerra cuando los enemigos, ya vencidos, capitulan y callan. La paz del silencio y de la opresión. ¿Es esa la que ansiamos?. Yo no. Prefiero que los vencidos sean ellos y que no nos impongan su chantaje y su lenguaje cínico, escalofriante. ¿Qué nos pasa? ¿Desde cuándo esta perfomance de lo mezquinamente político? No busquemos a los responsables donde no están. La culpa, como siempre, no fue del cha, cha, cha.

11 enero 2007

LA CONDICIÓN HUMANA

Nunca entendí bien qué es eso del humanismo. Humanos somos, como primates y homínidos. Evidente. Y nos sobrevuela la denominada condición humana. Lo mejor y lo peor. Lo sublime y lo sórdido. Estamos hechos de esa pasta. Si uno lo asimila, le sobreviene entonces el pesimismo antropológico, una de las formas más sagaces de ejercer el realismo. Pero no parece tan claro para todos. Algunos, más bien muchos, piensan que todo lo malo es producto de una minoría: los ricos o capitalistas, los judíos, los católicos, los comunistas. Pueden variar los responsables, pero se trata siempre del mismo mantra archirrepetido. Y, partir de ello, se opone el concepto de humanidad pletórica y bondadosa frente al Mal de esos pocos desalmados que controlan el mundo. Pero no es cierto. Antropomorfos y humanos somos todos, desde el misionero al terrorista. Lo malo y lo bueno proceden de nuestra condición y no de unos cuantos individuos o del sistema, abstracción aún más ininteligible que las otras. Pero, qué se la va a hacer, nos gusta sentirnos mejores que los otros: más buenos, más humanos, más solidarios. ¿Será Matrix real y no pura fabulación de enrevesados guionistas?.

08 enero 2007

RETRÓGRADOS

Siempre ha habido reaccionarios. Son gentes que digieren mal las novedades o que no las asumen. Cualquier avance técnico les parece un peligro y suelen ser amantes de las tradiciones. Su idiosincrasia exterior varía con los distintos momentos y lugares pero, en esencia, se trata siempre de lo mismo. Hoy se presentan como nostálgicos de aquellos tiempos, ¿cuáles?, más humanos en los que comíamos, ¿quiénes?, cosas naturales y nos comunicábamos mejor. Naturalmente esos tiempos no existieron, pero ellos los afirman en su discurso caduco y antitecnológico. Algunos son enemigos de la Globalización, a la que achacan ser la causa de unos males que, como la pobreza y las diferencias en el grado de desarrollo, ya existían antes, o de otros nuevos que no voy a enumerar aquí. Como a mí la Globalización, que no es tanta como dicen, me parece un fenómeno con bastantes aspectos positivos y estoy de acuerdo con la liberalización de los mercados internacionales frente a las fronteras arancelarias y proteccionistas, no tengo más remedio que defenderla. Siempre habrá, no obstante, retrógrados y no están siempre donde creeríamos encontrarlos.

06 enero 2007

DÍA DE REYES.

Día de Reyes, día de alegría. Un oasis en un desierto de confusión. Volverán, desde mañana mismo, las zozobras de siempre. La cuesta de enero no es mera cuestión de falta de equilibrio financiero, sino algo más, un darse de bruces con la realidad que, impertérrita, nos aguarda al otro lado de estas fiestas. Ya durante su transcurso nos avisaron con sangre y fuego, pero todo parecía el eco de sonidos lejanos apantallados por la sensación navideña. Ya no. Transcurrido este día de Epifanía, regreserá lo de antes, si bien más inhóspito y agravado. Será transitorio y efímero; la anestesia de la repetición nos alejará de la verdad, porque una mentira muchas veces contada deja de serlo y se transmuta en realidad incuestionable. Tenemos, sin embargo, nuestra inteligencia y nuestra capacidad de resistir. Ojalá seamos lo suficientemente sensatos para emplearla. Mas tengo dudas. Pesimismo antropológico le llaman a esto.

04 enero 2007

EL REGRESO DE LOS METARRELATOS.

Vuelven los grandes discursos. Parecían haberse difuminado a partir de los años ochenta, tal y como anunciaban los cantores del posmodernismo. Caía el Muro, se hundía el estalinismo y se rompían los grandes relatos, a mayor gloria de Fukuyama. Liberalismo y capitalismo triunfaban y la estética predominaba sobre el contenido. Pero, de pronto, todo parece regresar con otros ropajes. Los enemigos del mercado como forma de vida se reorganizan en torno a la ecolotría, al tiempo que el fundamentalismo hostiga en el limes. El único gran discurso que parece romperse es el que nació en el siglo de las luces y que fue guía para el progresismo occidental hasta que éste lo fue encontrando demasiado pesado. Sólo así se entiende este presente en el que la noción de multiculturalismo sustituye a la más eurocentrista de la Ilustración. Los valores supuestamente universales de aquella, el gran ideal, se diluyen en el mar del relativismo cultural y ya sólo nos queda de todo ello el imperativo categórico en su versión más formalista. El enemigo, pues, está dentro y somos nosotros mismos.

02 enero 2007

EL PÉNDULO DE FOUCAULT.

Otra vez enero. Tiempo muerto entre el año nuevo y la noche de Reyes. Es el verdadero Eterno Retorno marcado por las efemérides del devenir cíclico. En las librerías, abunda la narrativa de asunto esotérico. Cuando se abre un filón, todos quieren profundizar en sus capas. Por ello, más que de una búsqueda literaria, se trata de conseguir hacer caja. Todo tipo de conjuras herméticas e históricas se desarrollan en esas obras. Teoría de la conspiración y vaciedad extrema. Recomendaría que se leyese El Péndulo de Foucault, de Umberto Eco, una obra que, en su momento, se anunció a bombo y platillo pero que, después, no parece haber tenido mucho éxito. Sin embargo, es de lo mejor del profesor italiano que, a lo largo de sus páginas, y con fina ironía, nos hace reflexionar sobre la realidad y el lenguaje, sobre el peligro que supone la paranoía cuando se mezcla con eso que hemos dado en llamar hermetismo. El final está poco rematado, mas ese es un problema que suelen tener las obras de Eco. De todas formas, recomiendo su lectura, mucho más interesante que todo el conjunto de libros al peso que, últimamente, pueblan las estanterías emulando al Código da Vinci. Yo, de vez en cuando, vuelvo a sus páginas. Simpre es preferible una relectura a una lectura estéril.