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06 enero 2007

DÍA DE REYES.

Día de Reyes, día de alegría. Un oasis en un desierto de confusión. Volverán, desde mañana mismo, las zozobras de siempre. La cuesta de enero no es mera cuestión de falta de equilibrio financiero, sino algo más, un darse de bruces con la realidad que, impertérrita, nos aguarda al otro lado de estas fiestas. Ya durante su transcurso nos avisaron con sangre y fuego, pero todo parecía el eco de sonidos lejanos apantallados por la sensación navideña. Ya no. Transcurrido este día de Epifanía, regreserá lo de antes, si bien más inhóspito y agravado. Será transitorio y efímero; la anestesia de la repetición nos alejará de la verdad, porque una mentira muchas veces contada deja de serlo y se transmuta en realidad incuestionable. Tenemos, sin embargo, nuestra inteligencia y nuestra capacidad de resistir. Ojalá seamos lo suficientemente sensatos para emplearla. Mas tengo dudas. Pesimismo antropológico le llaman a esto.

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