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27 mayo 2022

LIBERTICIDAS.

 

A pocos parece afectar la imposición ideológica.  Tal vez porque se percibe como algo ajeno,  amén de lejano, o se considera  que las ideas, que se expresan a través de los nombres que damos a las cosas (en el principio fue el verbo….), son meras cuestiones semánticas por las que no vale la pena pelearse, aunque , si así fuera, no pondrían tanto empeño en imponerlas o, más bien, como ya está ocurriendo, grabarlas a sangre y fuego.  Sé que no tengo seguidores en este Blog, que se articula como mensaje de náufrago en una botella, pero he de insistir, por si a alguien le llegara, que la libertad no se negocia, que solo la esclavitud es gratis, que no se puede trocar libertad por seguridad, pues seguramente nos quedaremos, si así actuamos, sin ambas.  Vivimos relajadamente, como si nada estuviera ocurriendo, pero los liberticidas nunca descansan.  No lo olvidemos.

20 mayo 2022

GUERREROS Y COMERCIANTES.

 

Un ferviente parroquiano  de la “revolución”, Jacques Louis David (que después lo fue también de Napoleón), pintó “El juramento de los Horacios”, que acabó siendo, con el tiempo,  epítome gráfico, y propagandístico, de la Francia de la Convención.  Lamentablemente, la historia que se cuenta de esos hermanos está lejos de ofrecernos algo recomendable, pues, dispuestos a matar a sus propios familiares, poniendo a la patria por delante de cualquier otro vínculo,  nos transmiten un mensaje típicamente colectivista; como ya escribimos aquí, el colectivismo no habita sólo los universos del comunismo o de la utopía anarquista; reside en cualquier concepción que ponga al grupo (nación, raza, clase, género…) por encima del individuo.  Por supuesto que somos seres sociales, y necesitamos de los otros, con los que cooperamos, pero siempre que el individuo es absorbido por el todo social, el progreso y las libertades desaparecen.  Solo hay que mirar un poco en el pasado y observar la diferencia entre las sociedades clericales-militares y las de comerciantes.  Estas últimas devienen siempre en más favorables para el bienestar humano, pero tienen enemigos viejos y ancestrales que, si bien mudan de ropajes en cada momento histórico, acaban siendo los mismos y produciendo idénticos efectos.  Escohotado lo describe muy bien en “Los enemigos del comercio”, obra en tres volúmenes muy recomendable para la mejora de capacidades intelectuales.  La pregunta es: ¿Quiénes nutren el actual clero laico y quiénes son sus guerreros?

13 mayo 2022

¿PENSAMIENTO?

 

Se atribuye a Dostoievski la siguiente sentencia: “llegará un día en que la intolerancia será tan intensa que se prohibirá pensar a los inteligentes para no molestar a los imbéciles”.  Se hace extraña la afirmación en alguien que falleció ya en 1881, cuando estaba tan lejana la agenda 2030. Pero, sea como sea, el párrafo resume con bastante precisión lo nuestro, lo de este ahora que nos anega con el piélago del no pensamiento, pues lo del “pensamiento débil” queda lejos, igual que nos suena remoto el “discurso” posmoderno sobre los discursos.  Todo ello va siendo sustituido por el no discurso, por la pura imposición de dogmas laicos, pero que tienen su origen en el mismo tipo de delirio que los religiosos, y que se extienden de la misma manera.  La discriminación positiva, como la democracia orgánica, es oxímoron que se asume como si no lo fuera, he ahí la fuerza de toda religión que se precie.  De eso va la frase atribuida a Dostoievski, que pareció verlo mucho antes, si es que de verdad lo vio.  Pero la nueva religión, o religiosidad, tiene púlpitos, y canales de expansión, otrora inimaginados. Por ello, en los momentos más pesimistas, que son cada vez más, uno piensa que acabarán los colectivistas alcanzado sus objetivos.

06 mayo 2022

INSTANTES.

 

Alguien escribió , no recuerdo quién ni dónde, que la vida, o tal vez la felicidad,  no es sino mera suma de instantes concretos.  Se trata de una concepción más discreta que sincrónica del devenir temporal; frente a esa continuidad delicuescente que percibimos, o creemos percibir, habría solo escenas, o instantáneas, concretas.  A partir de ello, no sería la rueda, o la línea, del tiempo la que nos arrastraría, sino que seríamos nosotros  quienes, saltando de momento en momento, iríamos conformando esa sustancia elaborada con espacio-tiempo.  En ese sentido, seríamos eternos,  pues cada uno de esos minutos se repetiría ad infinitum; y no solo los buenos y placenteros, sino también los malos y angustiosos.  Aceptar semejante concepción, supone huir de la noción lineal del tiempo, tan cara la teoría cristiana de la parusía, ilustrada por Joaquín de Fiore, y también fundamental en la concepción de todos los milenarismos ( el marxismo es uno de ellos, junto a otros más actuales, como el ecologismo radical), que pretenden salvarnos y matar nuestros instantes.  Olvidemos, pues, esa cosmovisión,  lineal y teleológica,  y forcemos a los liberticidas para que nos dejen disfrutar tranquilos de nuestros “instantes”.  Déjame en paz, que no me quiero salvar…., rezaba una canción.