Vistas de página en total

06 mayo 2022

INSTANTES.

 

Alguien escribió , no recuerdo quién ni dónde, que la vida, o tal vez la felicidad,  no es sino mera suma de instantes concretos.  Se trata de una concepción más discreta que sincrónica del devenir temporal; frente a esa continuidad delicuescente que percibimos, o creemos percibir, habría solo escenas, o instantáneas, concretas.  A partir de ello, no sería la rueda, o la línea, del tiempo la que nos arrastraría, sino que seríamos nosotros  quienes, saltando de momento en momento, iríamos conformando esa sustancia elaborada con espacio-tiempo.  En ese sentido, seríamos eternos,  pues cada uno de esos minutos se repetiría ad infinitum; y no solo los buenos y placenteros, sino también los malos y angustiosos.  Aceptar semejante concepción, supone huir de la noción lineal del tiempo, tan cara la teoría cristiana de la parusía, ilustrada por Joaquín de Fiore, y también fundamental en la concepción de todos los milenarismos ( el marxismo es uno de ellos, junto a otros más actuales, como el ecologismo radical), que pretenden salvarnos y matar nuestros instantes.  Olvidemos, pues, esa cosmovisión,  lineal y teleológica,  y forcemos a los liberticidas para que nos dejen disfrutar tranquilos de nuestros “instantes”.  Déjame en paz, que no me quiero salvar…., rezaba una canción.

No hay comentarios: