Sentenció Fernando Savater que “es mejor saber después de haber
pensado y discutido que aceptar los saberes que nadie discute para no tener que
pensar”. El párrafo no tiene desperdicio, como ocurre con todo lo que
escribe, o perora, nuestro filósofo. No
parece que pensar y discutir, sobre según qué cosas, sea conveniente en estos
días; es preferible admitir las revelaciones emanadas desde arriba, y no solo para evitar el
trabajo de elucubrar sino también para ganar tranquilidad, y posición, en el
espacio del sentido común dominante. Hacerse preguntas, actuar como abogado del
diablo, cuestionar las apariencias, ya no es buen negocio de cara a la
promoción personal, y, poco a poco, tampoco será seguro hacerlo en ningún caso. Vamos avanzando hasta ese punto en el que los
liberticidas se habrán impuesto. No sé
si ya estamos a tiempo de evitarlo.
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