Retomo un asunto ya
tratado en otras entradas. ¿A alguien le
importan los datos como punto de partida de la opinión? Cada vez menos, o eso parece. Nos gobernamos por la emoción, por una suerte
de verdad revelada, o “epojé de las entrañas”, y, a partir de ahí, comparece
todo lo demás. En las redes sociales (la
plaza del pueblo multiplicada a infinito) se crucifica o se lincha al que
discrepa del mensaje dominante, sin que los datos sean cruciales. Una suerte de método deductivo sensitivo se
opone a cualquier inducción que contradiga el pensamiento único. Y, como bola
de nieve cuesta abajo, esa predisposición progresa y nos anega. La
Inteligencia, impotente frente a ese tsunami, se arruga y “acepta pulpo como
animal de compañía”
Vistas de página en total
24 mayo 2020
EMOCIÓN FRENTE A DATOS.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario