MINORÍAS.
Afirmó Ayn Rand: “la
minoría más pequeña del mundo es el individuo. Aquellos que niegan los derechos
individuales no pueden pretender además ser defensores de las minorías”. Quiero recordar que expresaba estos pensamientos
en la década de los cincuenta del siglo XX, y era mujer, aunque no del gusto de
los partidarios actuales del empoderamiento femenino, de quienes sospecho que
lo que menos les importa son las mujeres, salvo como pretexto para sus
delirios, que ya no lo son tanto ( van ganando por goleada), proclives al
colectivismo. Pues sí. No hay nada más
allá de la libertad individual, sin la cual la libertad simplemente desaparece.
Ya sé que los liberticidas van inventando conceptos, como los derechos de
tercera generación, pero se pongan como se pongan, lo que se suele denominar un
colectivo, el que sea, no tiene derechos ni libertades que vayan más allá de
los derechos y libertades de sus integrantes: el conjunto es la suma de sus
elementos y no hay, en este caso, un todo aristotélico que sea más que la suma
de las partes. Pero claro, nadie se
acuerda de la autora de la frase, que era mujer ( miembro del género humano, y
mamífero, como todos nosotros), pero liberal, y eso no gusta a los partidarios del
gulag psicológico, hoy en proceso triunfal a lomos de la Agenda 2030.
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