MIEDO.
Tal vez fuese necesaria una Historia del miedo, unificando
perspectivas etológicas e historiográficas, pero también éticas, estéticas y,
como no, distinguiendo la perspectiva emic de la perspectiva etic,
tal y como Marvin Harris adaptó los conceptos de Kenneth Pike. Sería un trabajo arduo pero no exento de
profundidad filosófica. El miedo,
ubicado en el viejo cerebro reptiloide, puede suplir, como motor de la
historia, a la lucha de clases ya tan manida y disparatada, amén de fuente de
pesadillas totalitarias. Está el miedo ancestral, el miedo de primate
descendido de los árboles, el pavor frente a los depredadores acechantes en la
sabana. Está el miedo a los otros, al
más fuerte y cruel, a la guerra, a no ser querido, a no cumplir con las
expectativas, a no ser amado o deseado. Es el miedo lo que nos mueve, más que
el deseo; eros y tánatos son solo partes del temor que nos impulsa. Y desde siempre, entre nosotros, nos hemos
manipulado, unos a otros, a través del miedo.
. El Poder nos controla, y nos ha
controlado en el pasado, con el miedo a la muerte, el miedo a la cárcel, el
miedo al infierno, a la herejía, a la condenación eterna o a la condenación en
esta vida. Asistimos hoy, más que nunca,
a una mastodóntica escenificación del miedo. No voy a concretar; basta con ver
y oír, con leer y oler…..Que cada cual extraiga sus consecuencias...
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