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19 diciembre 2019

ANTICAPITALISMO A GRANEL.


Aunque los panglosianos, y asimilados, existen, se me antojan mayoría quienes perciben que todo va peor y que cualquier tiempo pasado o futuro resulta preferible al de hoy.  En este presente caracterizado, en el mundo desarrollado y capitalista, por la alta esperanza de vida (con el consiguiente envejecimiento de la población) y por condiciones de vida mejores que en cualquier otra época, incluidos en este caso los lugares del mundo con peores circunstancias, imagino a hombres y mujeres paleolíticos, amparados de la glaciación en una cueva, en un entorno de peligros y depredadores, de muerte temprana, soñando los escenarios de vida del presente.  Pero las religiones, las de siempre o las laicas de hoy (como la medioambiental) necesitan incidir en los peligros del pecado y situar el paraíso en otra esquina, celeste o futura, para justificar su acción predicadora y liberticida.  El asunto va, en realidad, de anticapitalismo, en una búsqueda frenética de nuevas alternativas tras la caída del Muro.  He leído, en algún sitio, que nuestro nivel de vida es consecuencia de las “políticas progresistas” y no del “capitalismo”.  Pero resulta que esas políticas progresistas, incluida la socialdemocracia, forman parte del capitalismo, y sólo en su seno pueden subsistir; al otro lado del Muro, no existían tales políticas, sólo opresión y miseria, pues fue construido para que no escaparan sus moradores del supuesto paraíso que los albergaba.

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