AGENTES IN REBUS
En la
antigua Roma, los “frumentarii” constituyeron una red de espionaje o
policía política; fueron relevados, en el Bajo Imperio, con Diocleciano, por
los apelados “agentes in rebus”, orientados también a la vigilancia
encubierta y al control de los ciudadanos.
Todo poder tiene esa tentación, por motivos de seguridad y de defensa,
pero, sobre todo, por su propia naturaleza, como el escorpión del relato; es la tendencia a controlarlo todo, a evitar
las disidencias y a imponer una determinada dosis de miedo, mayor o menor según
las circunstancias e idiosincrasia de cada régimen. La policía política es propia, sobre todo, de
los regímenes totalitarios; con el nazismo y el comunismo alcanzó su punto
culminante, y a todo el mundo le suenan denominaciones como “Gestapo” o
“checa”. ¿Empieza a existir, vía
algoritmos y demás, una suerte de policía política en la redes sociales de
nuestros días? Todo parece indicarlo:
bots y acólitos sectarios actúan como agentes in rebus; parece que se pretende,
desde el Poder, esté donde esté, que todos nos tornemos agentes in rebus de
nuestros vecinos, pero también de nosotros mismos. En ese sentido, la pandemia ha sido
providencial para los enemigos de la libertad, que son muchos y operan,
sabiéndolo o sin saberlo, a mayor gloria de esos pocos que gestionan el poder
absoluto.
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