Espartanos o atenienses. Licurgo
o Solón. Parece que nos inclinamos por el primero. En un contexto en el que la comprensión de lo
leído ya no es patrimonio general (en el mismo proceso que afectó al Latín clásico
durante la denominada Alta Edad Media), lo fácil es estimado como superior a lo
óptimo. Para qué comprender si basta con creer…………….Y, así, los licurgos
de hoy meditan normas y rangos morales, con la emoción como forma de
comprender, en un abandono de aquella Razón tan cara a los ilustrados. Y así estamos. Sin comprensión lectora, sin raciocinio y con
una sucesión imparable de moralinas y trampantojos ideológicos, que van sustentando
esta realidad de lo que empieza ya ser el orbe posdemocrático
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