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18 abril 2021

DEMOCRACIA Y TRANSVERSALIDAD.

 

“Mientras se me permita elegir, sólo viviré en un país en el que haya libertades políticas, tolerancia e igualdad de todos los ciudadanos ante la ley. La libertad política implica la libertad de expresar las propias opiniones políticas verbalmente y por escrito; la tolerancia implica el respeto por todas y cada una de las creencias individuales”.

Albert Einstein.

Se escribió, este pensamiento, en 1933.  Se refería, en principio, a la Alemania de entonces, recién llegado el nazismo al gobierno, pero podría reseñar cualquier otro tiempo y lugar. Hasta no hace mucho podría servir, el parágrafo, como texto aceptado por cualquier demócrata, entendido el adjetivo en sentido amplio y transversal.  No sé si hoy eso estaría tan claro. El respeto por todas y cada una de la creencias individuales no se practica: demonización de ciertas ideas, censura en las redes, polarización a través de lo políticamente correcto… Y es que Einstein, antes de que el concepto se acuñase,  hablaba en términos de “libertad negativa”, en el sentido que le dio, en una distinción ya glosada aquí,  Isaiah Berlin. Sin embargo,  parece tenderse, en estos días, a la “libertad positiva”. Está última no va de eso que el gran físico entendía como libertad, sino de otras cosas que no siempre coinciden con el libre albedrío individual e incluso, muchas veces, lo obstaculizan.  Por eso el párrafo transcrito arriba no es ya tan transversal como podría parecer a simple vista, tal vez porque la transversalidad fenece, poco a poco, en estos tiempos.

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