En la historia del pensamiento, encontramos, ya desde los presocráticos, la oposición entre monistas
y pluralistas. Esta distinción llega
hasta nuestros días. Los monistas niegan
cualquier explicación multifactorial de la realidad; afirman conocer la causa
de todo y nos la señalan. En realidad,
se puede decir que todo monismo es pura metafísica, por hipóstasis de ese
factor que se entroniza como origen de todas las cosas. La ciencia, por el contrario, es siempre
pluralista. También la Democracia. No debiéramos olvidarlo, como guía, o hilo de Ariadna, para sopesar el
presente
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