SUBORDINADAS Y OTRAS.
“El
subjuntivo ha muerto, el condicional agoniza y las frases subordinadas son un
exotismo. Quizá el imperativo -aunque mal usado- siga teniendo futuro. Nunca
faltará quien se sienta impelido a dar órdenes”.
LUIS
CHACÓN. (columna en el “Diario de
Sevilla”, 18-10-2021).
El
artículo aquí citado es un compendio de muchas cosas.
Sobre todo, del deterioro lingüístico, que implica siempre, y eso ya ha
ocurrido, el deterioro del pensamiento.
Sucedió, como ya subrayamos aquí en otras ocasiones, con el latín
clásico durante los primeros siglos medievales y parece estar ocurriendo
ahora. La riqueza en la expresión es
fuente necesaria e ineludible de matices y pluralismo; sin ellos, el verbo
deviene simplismo y entrañas, al tiempo que lo racional agoniza. No hay democracia, ni nada que se le parezca,
sin elucubración crítica, y esta depende de las posibilidades que la lengua, la
del conjunto de signos, no la que viaja en nuestra boca, nos brinda. La mala noticia es que, según dicta la
lógica, el lenguaje irradia del
pensamiento y no al contrario. Así pues,
las condicionales y subordinadas no dependen del voluntarismo de su uso, sino
más bien de la evolución social que está en la base de nuestro nivel de
raciocinio. Y en eso soy pesimista.
Vienen tiempos de abuso del imperativo.
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