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25 octubre 2021

SUBORDINADAS Y OTRAS.

 

El subjuntivo ha muerto, el condicional agoniza y las frases subordinadas son un exotismo. Quizá el imperativo -aunque mal usado- siga teniendo futuro. Nunca faltará quien se sienta impelido a dar órdenes”.
LUIS CHACÓN.  (columna en el “Diario de Sevilla”, 18-10-2021).

El artículo aquí citado es un compendio de muchas cosas.  Sobre todo, del deterioro lingüístico, que implica siempre, y eso ya ha ocurrido, el deterioro del pensamiento.  Sucedió, como ya subrayamos aquí en otras ocasiones, con el latín clásico durante los primeros siglos medievales y parece estar ocurriendo ahora.  La riqueza en la expresión es fuente necesaria e ineludible de matices y pluralismo; sin ellos, el verbo deviene simplismo y entrañas, al tiempo que lo racional agoniza.  No hay democracia, ni nada que se le parezca, sin elucubración crítica, y esta depende de las posibilidades que la lengua, la del conjunto de signos, no la que viaja en nuestra boca, nos brinda.  La mala noticia es que, según dicta la lógica,  el lenguaje irradia del pensamiento y no al contrario.  Así pues, las condicionales y subordinadas no dependen del voluntarismo de su uso, sino más bien de la evolución social que está en la base de nuestro nivel de raciocinio. Y en eso soy pesimista.  Vienen tiempos de abuso del imperativo.

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