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25 marzo 2023

ANUMERISMO.

 

La estadística, así en general, forma parte de nuestro día a día.  Nos cañonean con datos que asumimos sin más y que influyen sobre la percepción del orbe que labra nuestros  prejuicios. En “El hombre anumérico”, publicado en la ya lejana fecha de 1988 por John Allen Paulos, se desgrana una cierta incapacidad para pensar las matemáticas, y los grandes números, en nuestras sociedades. Han pasado más de treinta años y no se advierte que la cuestión haya mejorado, sino que mas bien ha ido a peor. El anumerismo parece extenderse y su presencia, siguiendo al propio Allen Paulos, dificulta mucho el pensamiento racional y científico. En la grandes medios de comunicación , y en las redes sociales, encontramos, cada vez más, datos que no requieren siquiera cierta pericia matemática, sino que son inasumibles a simple vista solo con  el mero manejo de la aritmética más elemental.  No se trata de números para expresar realidades sino de guarismos destinados a la propaganda y a la constatación emocional de todos los apriorismos.  Y lo peor  es que ello no parece preocuparle a una gran mayoría. Vienen tiempos de creencia y de fe, de guerreros (llamados de otra manera) y de clérigos (laicos).  El anumerismo creciente cabalga como una de las manifestaciones de ese devenir neorreligioso.

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