Vistas de página en total

30 diciembre 2006

FIN DE AÑO Y UN RECUERDO: EL EFECTO 2000


Mañana, último día del año. Nochevieja. Podría, en este sitio, escribir una cavilación sobre el año que acaba y enumerar buenos deseos para el que empieza. Pero, más que eso, y no sé por qué, me asalta el recuerdo de aquello que se llamó “efecto 2000”, como expresión que fue de lo que podríamos denominar milenarismo tecnológico. Su origen habría que buscarlo en la necesidad, por cuestiones de espacio, de representar los años cronológicos con dos dígitos, y así hicieron los programadores de los años 50 y 60. Como consecuencia, el cambio de 1999 a 2000 podía provocar graves problemas para los programas basados en el tiempo. ¡ Qué oportunidad para los numerosos amantes del catastrofismo, que anunciaron un caos que podría afectar a toda una serie de mecanismos en los que se basa nuestra vida, desde semáforos hasta reactores nucleares, ascensores, cajeros automáticos, equipos quirúrgicos, etc.! Pero llegó el día mas no se acabó el mundo y todos, entonces, nos olvidamos del dichoso efecto. ¿Por qué recuerdo esto? Muy sencillo: hay otros milenarismos y otras profecías que siguen vigentes, revestidas también de técnica y de cientifismo. Ahí están, sin ir más lejos, las previsiones demográficas o ambientales. En conclusión, y visto lo visto, ¿debemos fiarnos de los oráculos de la catástrofe si se visten con el ropaje de lo supuestamente científico? Nada más. Feliz año 2007.

No hay comentarios: