SOBRE LIBERTAD Y TIRANÍA.
La oposición
entre libertad y tiranía no parece formar parte del relato al uso en nuestros
días. No es ya, estoy seguro, una preocupación en nuestro entorno próximo. Es
como si creyésemos algo dado, e inamovible, el sistema de libertades; o lo que
es peor, como si no nos importase que no lo fuera. Pasamos de puntillas, en cualquier reflexión,
o debate, sobre la cuestión, y nos centramos más en otros aspectos del día a
día. Es posible que, para quienes
nacieron en libertad, esta se les aparezca como un elemento más de su entorno,
como, verbigracia, los paisajes y las rocas, sobre los cuales se puede advertir
cierto peligro vago e impreciso, aprendido en las lecturas sobre asuntos
medioambientales, pero sin ir más lejos.
Así pues, es muy probable que, quienes
nunca hayan extraviado su libertad, no sean ni siquiera conscientes de que
intentan privarles de la misma. Sí lo
tuvo claro Thomas Jefferson, que reflexionó, dado su contexto histórico, sobre
ello y llegó a la conclusión de que,
para distinguir entre libertad y tiranía,
basta con determinar donde habita el temor; es decir, se trata de saber
si es el gobierno quien teme a los ciudadanos, o viceversa. En relación con
ello, que cada cual discierna.
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