“Todas las cosas están sujetas
a interpretación, la interpretación que prevalezca en un momento dado es una
función del poder y no de la verdad”.
Friedrich Nietzsche
Gramsci
lo denominó “sentido común dominante”, en su acuñación del concepto de
hegemonía cultural. Nietzsche lo comprendió muy bien. Transcurrido el tiempo
desde la sentencia aquí transcrita, los estudios de psicosociología confirmaron
la tendencia de los individuos a sumarse a la opinión del grupo. Sabemos, pues, que todo es interpretación,
que ésta se relaciona con la percepción que tenemos de la realidad, y que esa
percepción se ve influida por las emociones, que son la llave que abre la
puerta de la habitación donde se forjan nuestros pensamientos y prejuicios. Por ello, el Poder lo ostenta quien tiene esa
llave. De eso va la historia reciente,
de una masiva intervención sobre nuestras conciencias. En relación con ello, el sintagma ingeniería
social se queda corto para describir la nueva práctica de los que de verdad
ordenan y mandan.
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