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31 enero 2020

POLÍTICA.


“La política es un conflicto de intereses disfrazado de disputa sobre principios”
Ambrose Bierce.

            Así juzgó Bierce, polígrafo estadounidense decimonónico, la acción política.  Ya ha llovido desde entonces, pero la locución no enmohece.  No son los principios los que parecen dirimirse en las diatribas políticas, sino el poder y el dominio.  La prueba de ello es la propensión marxista (de Groucho Marx) a atesorar principios de recambio si los originarios no sirven.   Se podrá vender ideología, religión laica, este o el otro dogma, pero subyace siempre lo que subyace.  En la España de hoy resulta patente. Compramos el discurso, pero nos están vendiendo, y colando, otra cosa.  Bierce dixit.

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