Vistas de página en total

28 marzo 2007

LAS FUERZAS DE LA CULTURA

Años setenta. La izquierda eurocomunista lanza un nuevo concepto: las Fuerzas del Trabajo y de la Cultura, obreros e intelectuales, ¿orgánicos?, unidos en pos de la hemegonía gramsciana. En el PC español, donde yo militaba en el final de la adolescencia, se adoptó esa noción. Coincidió con el comienzo de la Transición y con la legalización del partido (ese sábado santo, era mi cumpleaños, dieciocho). Treinta años más tarde, las llamadas fuerzas de la cultura sí han logrado sus objetivos; muchos de sus miembros han alcazado cotas entonces inimaginables de influencia y actúan contra todos a través de la SGAE y de las diversas subvenciones procedentes de los impuestos que paga cada ciudadano. Imponen su concepción del mundo (siguiendo a Gramsci) a través de un enorme, y sectario, imperio mediático. No sé si lo hacen ya con el objetivo de construir la sociedad socialista, pero ahí siguen, con todos los ritos de una religión basada en la solidaridad y en el anticapitalismo. Sustituyen la comunión diaria y los golpes de pecho por declaraciones en su línea, las visitas a hospitales, por alguna ONG y, a la postre, actúan, de cuando en cuando, como damas postulantes. Pero tienen poder. Lo han conseguido.

No hay comentarios: