LENGUAJE
¿ Se
empobrece el lenguaje? Ya tratamos sobre
este asunto en otras ocasiones, pero la cuestión tiene mucha sustancia. Hace ya tiempo, dos años o así, un experto en
lingüística, de nombre Carlos la Orden, en un congreso, achacaba a los medios
de comunicación el “empobrecimiento” del lenguaje; según él, la necesidad de
llegar al máximo de público obligaría al uso de vocablos conocidos por casi
todos los hablantes. Sin embargo, esta
explicación parece más consecuencia que causa o, como mucho, daño colateral de
un proceso más profundo, del mismo tipo que el que afectó, verbigracia, al
Latín durante los primeros siglos medievales; aquello fue consecuencia de la
incapacidad para expresar o matizar las ideas y conceptos que se manejaban en
la época gloriosa de Roma. Parece
deducirse de ello que, siendo el lenguaje un reflejo del pensamiento
(recordemos aquello de que “la sintaxis es una facultad del alma”, de Paul
Valery), el empobrecimiento del lenguaje es la consecuencia del empobrecimiento
del pensamiento. Cómo se está dando ese
proceso, y por qué, es asunto de explicación compleja, y de causas plurales,
como casi todo. Pero debiéramos reflexionar más sobre ello.
No hay comentarios:
Publicar un comentario