Vistas de página en total

26 octubre 2018

LENGUAJE Y PENSAMIENTO.


Parece evidente que lenguaje y pensamiento son una sola cosa,  y que la claridad en el segundo se refleja en el primero.  En estos tiempos de oscuridad sintáctica, de anomia discursiva, de fárragos mentales e imprecisión conceptual,  se echa de menos la claridad discursiva en cada disputa.   Se trata de un empobrecimiento de la lengua en lo literario, en lo jurídico y en lo propiamente argumentativo. Se solía atribuir este fenómeno, en sus inicios, al final de la Galaxia Gutenberg, sustituida ya no por la de McLuhan (qué lejos queda), sino por la era de Internet, del teléfono móvil y de las redes sociales.  Puede ser.  Como en la denominada Antigüedad Tardía, cuando el Latín se fue empobreciendo, nuestros idiomas, otrora precisos y sutiles, se tornan torpes y minimalistas.  Sin matices en el lenguaje, tampoco los hay en el pensamiento, lo que acarrea  violencia,  brutalidad y, lo que es peor, l fanatismo y  falta de libertades.  Y esto acaba de empezar.

No hay comentarios: