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17 noviembre 2017

CORPORATIVISMO Y NACIÓN.

El corporativismo se define como un procedimiento económico y político  en  el que el poder de decisión se encuentra en a las organizaciones y no en las personas. Aunque se suele concretar su origen en relación con el fascismo italiano, es un componente ideológico del pensamiento autoritario  y/o totalitario que emergió en el período de entreguerras frente al bolchevismo, oponiendo a la lucha de clases la colaboración entre las mismas bajo la impronta  del Estado.  No obstante, el concepto se puede ampliar a todos aquellos movimientos que anteponen el grupo, la clase o el partido a los individuos.  Según ello, el corporativismo es una noción muy extendida que forma parte, en mayor o menor medida, de ideologías y tendencias diversas.  Pero, sobre todo, se relaciona con el nacionalismo.  La Nación está por encima de las clases y las obliga a colaborar a través del Estado.  Se parte de la existencia de una entidad inmutable y superior a los individuos que la componen.  Por ello, todo nacionalismo deviene totalitario, aunque no se debe confundir el nacionalismo (que, en última instancia, considera la Nación propia superior a cualquier otra) con el patriotismo (sentimiento de pertenencia a nuestra Nación).

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