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05 febrero 2017

LOS ENEMIGOS DE LA LIBERTAD.

Puede que la Libertad, así en términos absolutos, no exista.  Ni la "libertad de" ni la "libertad para".  Sí constan, y de eso no cabe duda, sus enemigos, siempre al acecho y prolijos en número, aunque no siempre sea fácil identificarlos porque se ocultan bajo ropajes variados y aparentemente paradójicos. ¿Cómo saber donde están? Basta con indagar entre los que saben lo que conviene a sus prójimos y están dispuestos a proporcionárselo de buen grado o por la fuerza; pueden defender proyectos variados:  la felicidad del karma, salvar al planeta, acabar con la pobreza y/o construir al hombre nuevo y definitivo.  Sólo con rascar un poco bajo la apariencia de sus sermones, los conoceremos.  Están en todas partes y van adoptando distintos avatares en cada época, desde la ortodoxia de los credos religiosos o políticos hasta el malestar con este mundo imperfecto.  No les hagamos caso o feneceremos encerrados en sus sofismas, sino en sus cárceles (tiempo al tiempo),  que siempre acaban llegando si sus rancios sueños devienen  realidad y se mudan en nuestra pesadilla.  

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