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24 abril 2012

RECONCILIACIÓN.


Hoy me entrevistó una doctoranda escocesa.  Lo hizo porque soy profesor de Historia en secundaria y ella está realizando una tesis doctoral, desde el punto de vista de la Sociología, sobre las secuelas de ciertos conflictos civiles.  Después de varias interpelaciones, algunas de ellas referidas al impacto de la Ley de Memoria Histórica sobre el currículo, me preguntó, tras tratar sobre la guerra civil y la transición, acerca de la reconciliación nacional.  ¿ Se ha producido la misma en España?  Pero no supe qué responder, porque desconozco que es eso de la reconciliación.  Por una parte, entiendo que la reconciliación es un fenómeno interpersonal de fuerte impronta psicológica; o sea, que se produce entre personas concretas.  No existe tal cosa entre instituciones o bandos.  Por otra parte, la coexistencia intemporal de una Derecha y de una Izquierda esenciales, enfrentadas en todo tiempo y lugar, es una idea metafísica, puramente ideológica y poco científica.  No tiene sentido preguntar en 2012 por una reconciliación referida a conflictos sesenta o setenta años anteriores al presente.  ¿Reconciliación entre quienes?  ¿Entre personas?  Casi todas están muertas. ¿Entre la Derecha y la Izquierda eternas y metafísicas?  ¿Entre unos bandos que ya no existen como tales?  No acerté, pues, a responder con rigor, y ella no pudo aclararme qué me estaba preguntado.  No sabía yo si quería una respuesta psicológica, etológica o simplemente ideológica y marcada por falaces anacronismos.

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