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11 abril 2007

NORBERTO BOBBIO Y LA METAPOLITICA

Intelectuales. Hombres de cultura. Un concepto borroso e indistinto. Sea como sea, hubo un largo tiempo en el que la opinión de los doctos (llamémosles así) fue un importante elemento del devenir social y político. Sobre todo, en la Izquierda. La propaganda estalinista, primero, y, en general, los hechos de la Guerra Fría, dieron impulso a esa figura de la intelligentsia occidental, crítica con su propio sistema. A partir de ello, surgió la noción de compromiso, muy relacionada, a su vez, con la de intelectual orgánico. Ya hemos escrito en otro post de este Blogg sobre Gramsci y la hegemonía cultural. La meditación se refiere, ahora, a Norberto Bobbio. Este italiano, durante la primera mitad de los años cincuenta del siglo XX, elucubró sobre el papel del intelectual y concluyó que su función era más sembrar dudas que ofrecer certidumbres. Ello le condujo a discusiones y polémicas con los pensadores orgánicos ligados al Partido Comunista italiano. Por esos mismos años, escribe Italo Calvino “El Barón Rampante”. Humberto Eco, con la clarividencia que le caracteriza, relaciona esta obra con la de Bobbio. Se basa, para ello, en una consideración del relato aludido como alegoría de la acción intelectual, correspondiente a aquellos que no pisan el suelo, enlazando, de este modo, con el concepto metapolítico de Bobbio en su posicionamiento como liberal y como intelectual. Así es. Tal vez, por ello, lo que nos falte en el presente sea una cierta dosis de abandono del suelo, de distanciamiento y de verdadero sentido crítico. También de altura de miras

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