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12 febrero 2007

LEER, Y ESCUCHAR, ENTRE LÍNEAS......

Leer, y escuchar, entre líneas. Regresa una vieja costumbre de los tiempos con censura. No existen hoy censores como tal, que controlen lo que se dice de manera previa o a posteriori. No. Pero lo políticamente correcto, la dictadura de lo progre y la existencia de una ortodoxia o camino recto en materia de pensamiento, imponen unos márgenes a lo que se escribe o se enuncia. Fuera de ellos, uno se convierte en apestado, en sujeto moralmente abominable, en una nada a la que se ignora o se descalifica. Como consecuencia, muchos, al emitir valoraciones en torno a determinados asuntos, lo hacen de forma velada. Por eso, como otrora, hay que leer, o escuchar, entre líneas para buscar el verdadero mensaje. Esto, hasta no hace mucho, ocurría sólo en la órbita del nacionalismo llamado periférico. Ahora empieza a extenderse por todo el territorio y para casi todas las cuestiones. La libertad queda así en suspenso porque existen maneras muy sutiles, y a la vez tremendas, de provocar la necesidad de autocensura. Las manejó muy bien, en su momento, el estalinismo (con su "agitprop") y las manejan, en este presente laico, otros poderes cada día más instalados. No diré más. Quien quiera entender que entienda.

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