Vistas de página en total

06 junio 2019

CONTRA ROUSSEAU.


Se atribuye a Bernardo de Claraval la sentencia afirmante de que  "el camino al infierno está lleno de buenas intenciones". Aunque quien suscribe no cree ni en el cielo ni en el infierno, la frase atesora  posibilidades metafóricas.  Tal vez, soslayando los medios,  proyecta excesivo  énfasis sobre los resultados, en una suerte de conductismo teológico, pero, aun así,  nos puede ilustrar sobre las envolturas de nuestro presente, por aquello del "buenismo" en boga.  No volveré aquí sobre Cipolla, glosado ya en este lugar,  y en más de una ocasión,  su modelo sobre la estupidez humana.  Pero la conclusión, en este hoy marcado por el avance de cualquier noción liberticida acuñada  en el contexto de  las nuevas religiones laicas,  no es otra que la reprobación de lo rousseauniano, entendiendo que el orbe está lleno de hijos de su madre dispuestos a las más viles acciones; en otros tiempos, practicaban la comunión diaria y se daban golpes de pecho  con una de las manos, mientras dejaban libre la otra para sus fechorías.  Hoy, mutatis mutandis, se alinean, como sepulcros blanqueados, en el bando de los falsos solidarios defensores de lo políticamente correcto. Es el factor "maldad", como constante, en la fórmula de la vida y de la sociedad, que no puede ser obviada.

No hay comentarios: