El historiador francés
Pierre Chaunu consideró al comunismo, y al marxismo en general, como “la
mayor empresa carcelaria de la humanidad”.
No es difícil de comprobar: estados totalitarios (comunismo soviético o
cubano, Mao, Jémeres rojos con Pol Pot a la cabeza…), Gulag, aquel muro para
que los agraciados con el edén no escaparan del mismo…Los intelectuales
orgánicos lograron que la bestialidad comunista fuera nombrada, en su momento,
como socialismo real, en una de esas corrupciones del lenguaje propias
de la propaganda transformada en realidad o revelación. Y vamos a más, porque retornan sin rubores ni
contrición, con la certeza incluso de su superioridad moral, basada en la idea de campo concentración como modelo
político de futuro. En eso estamos. Ojo
en estos días de compunción. Intentarán aprovecharlos.
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