Trampantojos
ideológicos. En cierta medida, existen desde siempre, pero el komintern los arbitró
como pan propagandístico de cada día. Se trata de tomar como excusa cualquier
asunto con implicaciones éticas, sociales y políticas y de darle un tono
melodramático para trazar la línea divisoria entre los buenos (los nuestros) y
los malvados fascistas. En la actualidad ha ido a más, hasta el punto de que
todo en la Izquierda mundial y local funciona, a falta de otros contenidos, sobre la base de artificios excluyentes. Alguno surgirá en torno al virus, tiempo al
tiempo; sólo hay que esperar a que pase lo peor. Los trampantojos se van imponiendo, poco a poco, en menoscabo de nuestra libertad.
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