En 1534, en pleno transcurso originario de eso que se ha
dado en llamar reforma protestante, se estableció en Münster, Alemania, una
comuna colectivista de base religiosa.
Los anabaptistas, que defendían, en principio, el derecho a bautizarse
en la edad adulta como opción consciente y proponían, pues, un segundo
bautismo, declararon a Münster como la Nueva
Jerusalén. Se divulgó un panfleto
que recogía los principios y objetivos del movimiento[1]:
"Dios, el cual reciba nuestro homenaje
y nuestro reconocimiento eterno, ha restaurado entre nosotros la comunidad tal
como era en principio y como conviene a los santos del Señor... Porque no
solamente hemos puesto todos nuestros bienes en común bajo la vigilancia de un diácono y
los usamos según nuestras necesidades, sino que además alabamos a Dios por
mediación de Cristo con un único espíritu y corazón, y estamos impacientes por
prestarnos los unos a los otros toda clase de servicios. En consecuencia, todo
aquello que ha servido para los fines de la propiedad egoísta y privada, tal
como la venta y la compra, el trabajo remunerado, la práctica del interés y de
la usura —aunque sea a costa de los infieles—, el hecho de comer y beber del
sudor de los pobres (o sea, hacer trabajar al prójimo para provecho nuestro) y,
en verdad, todo lo que es pecado contra el amor, todos esos males están
abolidos entre nosotros por el poder del amor y la comunidad."
El segundo bautismo, que se
proponía en principio como una opción de
libertad, se acabó imponiendo a la fuerza, bajo la amenaza de pena de
muerte. Se impuso un régimen de terror hasta
que, transcurrido un año, la experiencia
revolucionaria fue sofocada y sus responsables, ejecutados.
El texto entrecomillado más arriba nos muestra que el fanatismo
colectivista y liberticida no es una novedad de los tiempos contemporáneos, y que hay sueños que, de hacerse realidad, se
tornan pesadillas.
[1] Mossé,
Claude (1984) [1976]. «Los orígenes del socialismo en la Antigüedad». En
Jacques Droz (dir.). Historia general del socialismo. De los orígenes a
1875. Barcelona: Destino. p. 117.
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