Poco a poco, silente y furtivo, lo políticamente correcto se
ha ubicado en nuestras vidas. Se trata
de un eufemismo extendido, por analogía con aquella definición de alegoría como
metáfora continuada. Tomo comenzó en
América, en la sede del Imperio, partiendo de aquella idea compendiada en una
frase: "si no podemos cambiar el orbe, sí
podemos llamar a las cosas de otro modo".
Sin embargo, en este presente de desolación, lo políticamente correcto
deviene ya en otra cosa a la que habría que hallar denominación. Se trata, ya no de mudar el lenguaje, sino de
imponer la omertá a la manera orweliana.
Los Safe Spaces lo
ejemplifican, pero ya en los medios de comunicación se diluye este dispositivo
macabro de los nuevos tiempos.
Preparémonos para lo que viene.
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24 noviembre 2016
19 noviembre 2016
ABANDERADOS.
Abundan los abanderados en estos tiempos confusos y
bajoimperiales. Los hay de toda suerte y
condición. Tienen en común su frenesí
militante en relación con las más variadas causas, y nunca declinan el mostrarse. Hay más banderas de las que imaginamos y el dogma
se cuela por los intersticios de la ausencia de certezas. Algunos no saben que lo son, pues los blasones
que portan no siempre lo son en sentido estricto, aunque sí profundo. La bandera, en muchos casos, puede ser una
camiseta reivindicativa, o una pancarta, o un simple modo de estar que se
define por la simplificación, por supersticiones inconscientes que se plasman
en ese rugir emotivo que constituye el nuevo ideograma de las soluciones
burdas. Entre ellos, los hay que
abanderan el nuevo panteísmo, ultramontano, de lo ecológico o lo animalista;
otros, encabezan otras ideas, más bien emociones, e intentan transmitirlas urbe
et orbe mediante el mecanismo bipolar de las redes sociales, que centuplican
las sensaciones de vieja plaza del pueblo.
Y, entretanto, la lógica va perdiendo posiciones y retrocede sin pausa,
como en aquel siglo IV de nuestra era, cuando el paganismo, epígono en crisis
de la Razón y el antropocentrismo, se vio, poco a poco, revocado por la nueva
religión romana. Amenábar lo mostró de
manera casi perfecta en "Ágora".
13 noviembre 2016
POPULISMO.
Se juzga que el vocablo populismo está impregnando este
presente caótico y difuso. Se esgrime el
término para definir a una serie de opciones políticas que parecen tener en
común su rechazo de los partidos políticos designados tradicionales y, en
relación con ello, del propio sistema y sus relatos. Así visto, se trataría de una suerte de
dimensión transversal adaptable a alternativas muy disímiles a pesar de sus
puntos de vista comunes en lo formal.
Hasta ahora, uno sólo recuerda el uso de esta locución en la Rusia
decimonónica (los populistas o "eseritas" del socialismo agrario en
el contexto del zarismo) o también en la antigua Roma, referido a los
partidarios del pueblo (como los Gracos) frente al partido aristócrata
(optimates) encabezado por Cicerón. Se
trata, en lo concerniente a estos dos ejemplos, de contextos históricos muy
distintos y alejados, pero poco extrapolables a la realidad presente, porque,
en nuestro marco actual, la expresión populista se aplica a diestro y siniestro
con poca precisión y más como un mantra de lo políticamente correcto que como
un esclarecimiento de la situación.
12 noviembre 2016
PUEBLOS PRERROMANOS.

TARTESSOS
LOS NOMBRES DE ESPAÑA.
SOBRE ESPAÑA

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